Estamos transitando momentos muy difíciles, eso es innegable, la narrativa de nuestros días nos llama a asumir que es el momento para una profunda reinvención tanto en temas personales como en distintos ámbitos de la vida cotidiana, y por supuesto esta reinvención, debe necesariamente tocar al poder.
Me refiero a que es imperativo adecuarnos a nuevas realidades ya sea con la familia, o en lo profesional y porqué no en como queremos que sean las autoridades, 30 millones de votos llevaron por fin a la presidencia a un sempiterno candidato que arrasaba con dichos y señalaba malos manejos, pero que hoy no encuentra la manera de dar buenos resultados, las culpas al pasado ya se están agotando, y creo que se deben encontrar equilibrios entre tanta confrontación, es urgente que se generen acuerdos y se termine con insanos conflictos que nos lastiman como país, es justo que se debatan ideas y proyectos, pero justo lo es también, que no se satanice al que piense diferente. El conmigo o contra mí suena a siglos anteriores y huele a añejo y rancio.
Por ello, se deben encontrar caminos para atemperar al poder, hoy el poder presidencial se ejerce de una manera perniciosa y a veces con signos de un autoritarismo que raya en lo caprichoso y se materializa en políticas públicas a modo en donde se limpia y se esconde todo aquello que estorba al nuevo ejercicio del poder, y que caro nos está saliendo este nuevo estilo de gobernar que juro terminar con los excesos y la corrupción de gobiernos pasados, pero no vigila y por el contrario tolera excesos de sus aliados y funcionarios.
Por ello resulta alarmante la manera en la que se pretende socavar a organismos autónomos que han cobrado vigencia no en un sexenio sino en una evolución democrática de muchos años, es algo que nos debe poner a pensar en si terminando con los equilibrios es como nos vamos a fortalecer o ese debilitamiento institucional es lo que un régimen autoritario necesita para florecer, pero la respuesta no esta en esos organismos ni en sus personales defensas, la respuesta debe venir de los hacedores de leyes que están más preocupados en que no se develen sus fortunas o en no ser parte de videos incomodos, que en hacer su trabajo y plantarle cara con argumentos e ideas a un gobierno que ha hecho de la improvisación su política pública, pero por desgracia hoy tenemos actores políticos de la oposición que son perseguidos por su pasado y por ello callan ante la polarización.
Y con esos actores vamos a enfrentar un 2021 contra un Presidente que está urgido de conservar su mayoría legislativa, acaso esa oposición que se comporta como apéndice del gobierno nos dará esperanza de que terminen los caprichos y se aleje la sombra del autoritarismo que tanto nos preocupa; yo creo que no, yo afirmo que si bien los partidos políticos son de manera preponderante la vía de acceso al poder, los ciudadanos debemos ser más actuantes en el proceso electoral por venir, vigilar que no se hagan acuerdos en lo oscuro a cambio de inmunidad que apesta a impunidad, si alguien tiene que pagar, que pague pero que no lucre con sus votos y sus decisiones, debemos tener claro que en la próxima elección no se juegan simplemente algunos cargos, no, en la próxima elección nos jugamos el destino de las próximas generaciones, así de simple pero así de crudo.
Hay que reinventarnos para enfrentar con mayor conciencia lo que se avecina, podemos comenzar en lo personal y en lo local, en el lugar donde hacemos vida, ahí es donde se genera el cambio, intentémoslo.