Hoy ocho de julio inicia la visita del presidente López Obrador al presidente Trump en Washington. Es su primer viaje al extranjero. Ha rechazado las invitaciones y solicitudes de encuentro con las organizaciones de migrantes mexicanos en Estados Unidos.
La posición del presidente es inexplicable y tendrá altos costos políticos. Los migrantes tienen una gran influencia en sus parientes que viven en México. Las remesas, para millones de familias son un ingreso fundamental.
El presidente, para justificar su rechazo, se escuda en que solo viaja a la celebración de la entrada en vigor del T-MEC y con el propósito de agradecer al presidente Trump su apoyo en la pandemia.
En la agenda hay tiempo suficiente, para reunirse con los líderes de las organizaciones de migrantes. ¿Por qué no lo hace? ¿Se lo ha solicitado el gobierno de Trump? ¿Es su propia decisión?
El presidente Trump, amigo del presidente López Obrador, desde su campaña no ha dejado de insultar y agredir sistemáticamente a México y a la comunidad de origen mexicano que vive en Estados Unidos.
Las más importantes organizaciones de migrantes han pedido al presidente que no se encuentre con Trump. Él en ningún momento ha tenido la deferencia de responderles. Está obligado, pero no lo hace.
Algunas organizaciones han anunciado manifestaciones de rechazo a la visita. Hace días le hicieron llegar una carta donde le dicen que millones de mexicanos en Estados Unidos están escondidos por temor a la persecución y ahora no pueden viajar para enterrar a sus familiares fallecidos por la pandemia.
Y afirman que el viaje del presidente es “un golpe al movimiento por la defensa de la dignidad de los mexicanos migrantes más pobres, y una traición a los fundamentos de nuestra nación mexicana”.
En la parte final de la misiva plantean que “esta visita es una bofetada en la cara para las familias mexicanas que vivimos en Estados Unidos y hemos sufrido durante cuatro años de ataques incesantes del gobierno antimigrante de Trump”.
Para la mayoría de las organizaciones de migrantes mexicanos en Estados Unidos la visita es una traición del presidente y una bofetada a la cara. Antes lo veían con simpatía ahora lo asumen como un aliado de Trump, que los insulta y persigue.
La carta del Caucus Hispano enviada a López Obrador plantea la difícil situación que vive la comunidad migrante y le dicen que en la reunión con Trump tiene la obligación moral de tratar esos temas porque si no será solo poner la cara bonita al terror que bajo el gobierno de Trump han vivido los migrantes particularmente los mexicanos.
¿Tendrá ese valor moral o su visita solo quedará como una traición y una bofetada a la cara de los 40 millones de origen mexicano y los 11.3 millones nacidos en México que viven en Estados Unidos? Todo indica que así será.
Twitter: @RubenAguilar