El hecho histórico resuena por la importancia y los cambios sociales que trae consigo. El derecho al voto de la mujer en México comenzó el 12 de febrero de 1947, con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto modificó los artículos 34 y 115, fracción I, para permitirles la participación como votantes y como candidatas, quedando establecido que: “En las elecciones municipales participarán las mujeres, en igualdad de condición que los varones, con el derecho de votar y ser votadas”.
Sin embargo, fue el 3 de julio de 1955, hace 65 años, cuando las mujeres en México sufragaron por primera vez en una elección federal. Lo anterior, derivado de la promesa de campaña que hiciera dos años antes el entonces candidato presidencial Adolfo Ruiz Cortines. Fue el 17 de octubre de 1953, una vez superado el trámite legislativo, el presidente Ruiz Cortines promulgó las reformas constitucionales para que las mexicanas gozaran de la ciudadanía plena.
En las elecciones federales de 1955, las mujeres acudieron por primera vez a las urnas a emitir su voto. En esa ocasión se elegía a diputados federales para la XLIII Legislatura. Pese a la importancia que tenía este evento histórico, por ser el primer ejercicio de libertad de decisión de la mujer, la verdadera democratización de la ciudadanía tardó muchos años más en germinar, ya que la tradición estaba aún arraigada en nuestro país.
Este hecho histórico fue el primer paso hacia la igualdad política y de género, con miras a alcanzar una sociedad más justa, paritaria y libre de violencia, lo que hoy día representa un gran suceso para la democracia y una lucha continua que, si bien México ha logrado importantes avances en la participación política de las mujeres gracias a la efectiva aplicación de medidas afirmativas, la paridad no ha sido lograda, empero, vamos por buen camino.
En la actualidad, la representación de mujeres en el ámbito local del Ayuntamiento son 539 alcaldesas de 2 mil 200 municipios, en los congresos locales que de 1,113 diputados de los cuales 546 son mujeres, es decir 49% de la representación; en las gubernaturas solo son 2 las gobernadoras (Sonora y CDMX) de los 32 titulares del poder ejecutivo. En el ámbito federal partiendo del congreso de la unión, por primera vez en la historia ha quedado integrado por el mismo número de hombres que de mujeres. De 500 curules en la Cámara de Diputados, 241 son ocupadas por mujeres (48 %); mientras que en el Senado de la República son 63 de los 128 escaños, es decir, el 49 % los ocupados por mujeres, así mismo destaca que ambas cámaras por primera vez en la historia son presididas simultáneamente por mujeres. Finalmente, en el gabinete federal actualmente, el 40 % de quienes encabezan las diferentes secretarías de Estado son mujeres, destacando que en varias de estas dependencias se trata de sus primeras titulares.
Otro avance importante es la sentencia 12,624 del 2011 del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que estipula la obligatoriedad de las cuotas de género, así como la integración de fórmulas con suplencias del mismo sexo. Asimismo, nueve entidades federativas del país estipulan la paridad de género en sus Códigos o Leyes electorales en la integración de las candidaturas a cargos de elección popular, y en el ámbito federal y en 17 estados se establece un porcentaje del presupuesto de los partidos políticos a fortalecimiento de liderazgos femeninos.
Desafortunadamente hay rubros pendientes en favor de la mujer, como dejar de ser víctimas de violencia física y de violencia política, que hemos sido testigos de autoridades (varones) quien aún usan expresiones peyorativas y discriminatorias hacia las damas. Es no puede ocurrir, ni en México, ni en ningún lugar del mundo, si hay avances, pero falta por hacer para lograr un plena igualdad de género.
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