En los años 30 y 40 del siglo XX se vivió una de las peores tragedias de la humanidad, el alza de los populismos y nacionalismos racistas llegó al poder y provocó la Segunda Guerra Mundial donde murieron alrededor de 50 millones de personas, más o menos la población que tiene España en la actualidad.
A causa de este hecho histórico, el 24 de octubre de 1945, 50 naciones se reunieron en la Conferencia de San Francisco para redactar la Carta de las Naciones Unidas, que será el acta de nacimiento de la hoy, organización internacional más importante de nuestro planeta y nuestra historia.
No fue sino hasta el 26 de junio de 1945 que los países fundadores firman la Carta, para declararla formalmente constituida. De ahí que la firma de la carta cumple este año, 75 años de existencia.
La Carta de Naciones Unidas es una carta aspiracional y guía que busca la equilibrada y correcta convivencia entre las naciones de nuestro planeta; que buscaba y sigue buscando, entre otras cosas, evitar la guerra a toda costa, promover la tolerancia y fomentar la cooperación de todos los pueblos para mejorar su desarrollo económico y social.
En tiempos de pandemia, la Organización Mundial de la Salud, que pertenece al sistema de Naciones Unidas, y pese a que efectivamente no es infalible, ha jugado un papel muy importante para intentar que los países del mundo entero gestionen de la mejor manera esta extraordinaria situación por la que estamos viviendo.
Es al menos paradójico que cuando más necesitamos de una política multilateral, a través de las organizaciones internacionales, estén instalándose en los diversos gobiernos nacionales, líderes populistas y antidemocráticos a los que no les interesa la política exterior y la diplomacia como la forma más útil de resolver problemas o gestionar crisis mundiales.
Un mundo hiperconectado, un planeta en plena transformación a causa del cambio climático, un momento de auges populistas y nacionalistas, una pandemia y una crisis económica en puerta requerirán sin duda alguna de liderazgos no sólo nacionales sino también de liderazgos de organismos y organizaciones internacionales que busquen paliar en la medida de lo posible los grandes retos que estamos viviendo los habitantes de la tierra.
Celebrando los 75 años de la firma de la Carta de Naciones Unidas, digamos sí al multilateralismo, digamos sí a la cooperación, digamos sí a la libertad y a la democracia, ideas contenidas en el artículo primero de la Carta que a letra señala que, los Propósitos de las Naciones Unidas son:
1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz; y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz; 2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal; 3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; y 4. Servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por alcanzar estos propósitos comunes.
Hoy más que nunca lo necesitamos… nos los planteamos en 1945, hoy, en 2020 ¿Cuánto nos falta para alcanzarlos?
Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez
Abogado internacionalista y catedrático universitario.
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@cgonblanc
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