La narrativa de estos tiempos nos llama a una gran reflexión, México está confrontado y dividido como nunca, y lo más terrible es que el gobierno es quien lo alienta, algo inadmisible ya que debe ser éste quien busque la concordia y unidad en estos tiempos tan difíciles.
Las cifras de la pandemia en México están lejanas de la realidad y la estrategia gubernamental genera escepticismo y raya en lo risible, por cierto, no descartemos un futuro fincamiento de responsabilidades por omisiones y malas decisiones en el ejercicio del servicio público en donde se ha cuidado más a la figura presidencial que al personal medico y sanitario o a los enfermos y sus familias. No cabe duda de que les ha quedado muy grande el cargo y se han hecho chiquitos ante un problema al que no se le ve un final, aunque a diario nos repitan lo contrario.
Este 2020 marcará el destino de nuestro país y quedará como uno de los años más complicados en la historia reciente, tanto por una crisis sanitaria que ha puesto en pausa a la humanidad y en jaque a un gobierno que para no exhibir su incapacidad se refugia en giras innecesarias con público a modo y se ausenta de los hospitales, exhibiendo su poca sensibilidad y solidaridad en medio de una tormenta en donde la salud, la economía y la inseguridad están en terapia intensiva y exigen atención inmediata.
En Junio hemos vivido el día más violento del año, el reciente asesinato de un Juez Federal hace que quienes imparten justicia vivan con zozobra y en esos círculos crece la versión de que desde el gobierno hay un pacto con aquellos que viven en la ilegalidad, casos sobran, para muestra está el trato preferencial que se tiene con familiares de delincuentes de altos vuelos y la displicencia con que se trata a los familiares de víctimas, y que decir de la nula asertividad en casos de delincuencia organizada.
A esto sumémosle una errática estrategia económica que presagia turbulencias y consecuencias nada alentadoras, la perdida de empleo y la palabra crisis son una constante en cada familia mexicana y lo peor, tenemos un gobierno que piensa que con programas clientelares se atemperarán los efectos de una crisis con tintes devastadores, un gobierno que ha dejado a su suerte a millones y anticipo que le cobrarán factura el año entrante, un año electoral donde habrá renovación de la Cámara de Diputados y una cascada de elecciones locales donde se puede replantear el equilibrio de fuerzas de cara a una consulta de revocación de mandato donde el titular del Ejecutivo Federal no las traerá todas consigo.
Así que o se corrige el rumbo o el barco de la 4T hará agua en un mar turbulento con un capitán obcecado al que se le están agotando las culpas pasadas y cuya tripulación no ata ni desata y solo obedece órdenes, aunque esas órdenes sean las de un sacrifico y caos inminente.
Apunte especial: Vencí al COVID-19, fueron días difíciles donde sentí la fragilidad de la vida, días de lucha y reflexión, gracias Clara, Victoria y Fer por pelear conmigo contra esta enfermedad, su generosidad, paciencia y su impulso fueron vitales para no dejarme vencer. Gracias a toda mi familia por sus oraciones y apoyo, gracias a quienes estuvieron pendientes de mi, gracias por todo apreciado Dr. Víctor Flores. Hoy estoy de vuelta y agradecido con la vida.
José Alberto González Aguilar
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