Ante el próximo regreso a las actividades escolares y la asistencia de alumnos a los planteles, se advierte sobre las graves decisiones de planificación que se están cometiendo, ya que teóricamente el resultado suena alentador, sin embargo las consecuencias durante la práctica podrían ser lamentables.
Por el momento, la base de planificación está carente del necesario detalle para convertirse en una estrategia útil y segura.
Aunque, este plan ha iniciado en España, la advertencia por expertos sobre los posibles resultados fatales, debería ser tomada en cuenta por las demás naciones.
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) , exponen resultados que contradicen la idea planteada de comparar un grupo de 20 alumnos a una familia pequeña.
El estudio ha analizado el número de relaciones sin mascarillas y sin distanciamiento previsto en Educación Infantil y de los cuatro primeros cursos de Primaria según los datos de la ministra de Educación, Isabel Celaá, que indicó que tanto las clases como las familias funcionarán como una “burbuja” de tranquilidad.
Ante ello, el catedrático de Organización de Empresas y coordinador de este análisis, Alberto Aragón, ha recalcado que la burbuja garantizaría tranquilidad si estuviera cerrada, pero cada niño y su docente tienen su familia y sus contactos.
Referencia en familias formadas con una media de dos adultos y 1,5 menores (dos hijos en la mitad de las familias y un hijo en la otra mitad, reflejando la media española), muestra que cada uno de los 20 escolares en esas clases tendría una exposición a un grupo de 74 personas en su primer día de clase.
Asimismo si los pequeños de esas familias también estuvieran en una clase distinta, se agregarían esas relaciones al conjunto alcanzando 808 personas implicadas ya el segundo día de clase, considerando exclusivamente las relaciones sin distanciamiento ni mascarilla de la clase
Las previsiones públicas se han centrado en anunciar el ideal de la vuelta a la presencialidad, pero no consideran recursos suficientes para garantizar su mantenimiento, ni cuentan con planes detallados para su desarrollo ni para situaciones alternativas de no presencialidad que pueden ser necesarias en cualquier caso.
Asimismo, Aragón explico que, si el número de escolares en la clase sube a 25, como muchas autonomías han anunciado ya para que coincida con el ratio habitual, el número de personas implicadas subiría hasta 91 personas sólo con los de la misma clase y 1.228 personas contando las clases de hermanos.
En definitiva cualquier planificación en una situación de incertidumbre como la actual debe considerar múltiples posibles escenarios, adivierten los expertos de la UGR.
“Un plan bueno, bonito y barato no suele resultar posible, pero si además es ambiguo o poco realista, carece completamente de utilidad”. asevera Aragón.
Esquema de las relaciones de una clase de Educación Primaria de 20 alumnos, durante dos días en clases.