Salvo mejor opinión, siempre bienvenida, estoy convencido de que fue correcta la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador para que hermanos de la Defensa Nacional y de la Armada de México coadyuven con las corporaciones civiles en la agenda de construcción de paz.
Expongo la contundencia de mi afirmación:
- Durante mis 20 años de historia profesional en las agencias de inteligencia y de seguridad federales y estatales, como cuadro policial civil, he tenido la honrosa fortuna de ser formado y trabajar coordinadamente con generales y almirantes.
- De cada uno de ellos: Robledo, Gonzalo Adalid, Arellano, Tomás Valencia, Llanderal, Eduardo Martínez de 1999 a 2006 y recientemente, de 2018 a 2020, de los generales Lohmann, Guillén, Ortega, Covarrubias, Chiñas, Cabrera, Martínez y Escobedo, aprendí con su ejemplo: el genuino amor a la patria y al pueblo de México.
- En este reconocimiento y agradecimiento histórico a cada uno de ellos, por su formación y generosidad, destaco que hace un par de años tuve la oportunidad de leer del coronel Jorge Nuño Jiménez un texto titulado Honor vs. cobardía.
Permítanme compartirlo:
Murieron, los mataron, los asesinaron (…) nosotros los verdes tenemos una frase más ad hoc, pura, diáfana: cayeron en el cumplimiento del deber. Así es como deben ser recordados, con esa frase que taladra, que llena de orgullo a los que somos verdes de corazón; a sus familias, el pecho se les inflama de orgullo cuando les preguntan: ¿lo mataron? ¡NO! Cayó en el cumplimiento del deber.
Y la diferencia simplemente es radical. ¿Por qué?
Un soldado: porta un arma para proteger, no para asesinar.
Un cobarde: porta un arma para tener el valor de asesinar, incluso a quien no porta arma alguna.
Un soldado: sale todos los días a la calle, perfectamente identificado, con el pecho al aire, con miles de armas anónimas apuntándole, todos saben que es un soldado.
Un cobarde: ni siquiera su propia familia sabe que es un cobarde.
Un soldado: basa sus principios en lemas como “la patria es primero”, que abarca nación, familia, símbolos y habitantes.
Un cobarde: …
Un soldado: no abandona el lugar del enfrentamiento, permanece en él, no se oculta…
Un cobarde: huye después de sus asesinatos, se oculta…
Un soldado: no huye de la batalla, jamás retrocede, aun cuando sean superados en número, no piden perdón, no suplican, llevan al límite su promesa de llevar el cumplimiento del deber hasta perder la vida.
Un cobarde: tira su arma, se rinde, suplica si todavía no muere, porque “para morir nacimos” solo es una frase que sale de su boca y jamás está dispuesto a cumplirla.
Un soldado: deja su arma cuando su nación se lo requiere para hacer tareas de labor social, cuando ocurren tragedias derivadas de fenómenos naturales, porque eso es parte de su lema “la patria es primero”.
Un cobarde: jamás hará esto, jamás.
Los verdes: todos hacen causa común, hay espíritu de cuerpo, hay apoyo.
Los cobardes: son capaces de matarse entre ellos, para evitar que puedan ser inculpados.
Cierro la cita y concluyo: a mis hermanos policías del país, federales, estatales y municipales con quienes he compartido riesgos y experiencias, a quienes reconozco a través de esta columna, les invito a continuar el camino para consolidar la policía de todos los mexicanos. Los cuadros que gozamos de prestigio nacional seguimos trabajando en ello. El Presidente tomó la decisión correcta; quienes afirman que no pueden con eso, solo olvidan que están hechos para esto y más.
Mención especial: felicidades al municipio de Piedras Negras, Coahuila, por su 170 aniversario fundacional el próximo 15 de junio.
MAP. Profesor-investigador especialista en seguridad pública y nacional. Ex director de la Policía Cibernética Nacional y ex SSP de Coahuila.
Twitter: @PliegoLuis
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