- México necesita un Sector Energético con una visión de largo plazo, que maximice la inversión tanto pública como privada, que genere valor y beneficie a todos los mexicanos
- Las decisiones sectoriales recientemente adoptadas, van en contra del poder de elección de los mexicanos, quienes son los consumidores finales de la energía
Los cambios en las reglas del juego en el Sector Energético tendrán un gran impacto en la economía nacional; afectando por igual a grandes, medianas y pequeñas empresas que participan en el mismo.
Lo anterior reduce, también, la competencia dentro del mercado, la cual ha representado un valioso beneficio para el consumidor final, quien tiene la oportunidad de elegir los precios conforme a su poder adquisitivo. Nos encontramos en un regreso al monopolio de PEMEX y de CFE.
Las señales que el actual Gobierno Federal está enviando, no son las correctas para propiciar mayor inversión en el sector energético, además de que no está generando un clima de certidumbre, y no se está respetando la regulación, en un momento tan delicado como es la entrada del T-MEC.
Las acciones del Gobierno de México han seguido la misma línea de debilitar al sector privado y limitar su contribución actual al logro de los objetivos de seguridad energética, establecidos por la misma Administración Federal en la Carta Magna, así como en la legislación y reglamentación vigente, al mismo tiempo que favorece injustificadamente a PEMEX y a CFE.
A esto se suma la negativa de la Secretaría de Energía de bajar la producción propuesta por la OPEP+ para extender el recorte de la producción hasta el mes de julio. Al salirse del acuerdo que pretende estabilizar los precios del petróleo, México empieza aislarse de las decisiones internacionales más importantes en este sector.
México necesita un regulador independiente y apartidista que promueva un mercado abierto, y que incentive la participación privada, para aumentar las opciones de importaciones competitivas, aprovechando así los bajos precios internacionales, en beneficio del consumidor.
Después de esta crisis, vendrá la etapa de reactivación económica y México necesitará acelerar su crecimiento. Para ello, es de vital importancia fomentar la inversión pública y privada, acompañado de reglas claras, medidas transparentes y efectivas para que el Gobierno Federal vele en todo momento por la seguridad y el crecimiento de la sociedad mexicana.
El Gobierno de México puede hacer de las empresas privadas sus grandes aliados durante los tiempos difíciles que están por venir, aprovechando así las ventajas que representa el que terceros anclen proyectos, generen infraestructura, promuevan empleos, aceleren el consumo, además de que proporcionen diferentes alternativas de compra para los diferentes bolsillos de las familias mexicanas.