Para otorgar una atención oportuna a los pacientes durante la emergencia sanitaria por COVID-19, la Oficina de Representación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Estado de México Poniente, realiza el triage respiratorio en sus unidades médicas.
Este triage o filtro, consiste en clasificar a los pacientes que acuden al área de urgencias por complicaciones respiratorias, para determinar si se trata o no de un paciente con sospecha de COVID-19, así lo indicó el director del Hospital General Regional No. 251, el doctor Jesús Alcántar Ramírez.
A través de esta valoración, se busca determinar de manera inmediata el manejo del paciente: canalizarlo a urgencias, enviarlo a su casa o de ser necesario, hospitalizarlo.
Actualmente, el área de urgencias se encuentra dividida en dos: una parte que atiende las urgencias regulares, y otra donde se brinda atención a los pacientes con padecimientos específicamente de tipo respiratorio, detalló.
En la segunda es en la que, de acuerdo con la sintomatología, se clasifica su enfermedad, como pueden ser influenza, rinofaringitis, amigdalitis, bronquitis crónica o complicaciones de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Cualquier paciente que tiene factores de riesgo o alguna complicación respiratoria, recibe un tratamiento inmediato.
Alcántar Ramírez apuntó que el área de triage respiratorio se encuentra habilitada con personal específico para este fin, una sala de espera adicional y un área de choque.
En el acceso a las instalaciones, se encuentra personal para orientar al paciente y, de acuerdo con su sintomatología, derivarlo al área de urgencias que corresponda, afirmó el director.
Cada uno de los cinco hospitales del IMSS en Estado de México Poniente cuenta con el triage respiratorio; asimismo, en las 42 Unidades de Medicina Familiar (UMF) se ha asignado un médico exclusivamente para realizar la valoración y manejo de acuerdo con el padecimiento.
El doctor Alcántar Ramírez sugirió a la población mantenerse atenta a posibles síntomas de gravedad, como fiebre mayor a 38 grados, dificultad para respirar, tos o dolor en el cuerpo, ante los que se debe acudir de manera inmediata a la unidad de salud.
