Estuve necesitado y me asistieron

¡Saludos en este tiempo de Pascua de resurrección!

Con el corazón en la mano dedico esta reflexión al personal de salud, a los agentes sanitarios. Seré preciso y conciso.

  1. Gracias a Dios y a ustedes por su humano e importante servicio. Nunca se arrepentirán de su profesión que se hace vocación por la pasión con que sirven como profesionales de la medicina.
  2. Sé que son conscientes de que no son ángeles ni héroes, no románticamente su profesión. Sean firmes ante los que se disfrazan de personas decentes y un día correr para pedir su ayuda, y hoy aterrados por la pandemia los quieren correr de sus propias residencias. Son profesionales y como tal exijan respeto a su integridad y a sus derechos.
  3. Finalmente, soy testigo de que ante la enfermedad y la gravedad las personas pierden piso, si muere el paciente y si se recupera fue gracias a Dios. Esa es actitud de espiritualoides ingratos y colmados de supina ignorancia. Dios mismo decide quién y cuándo nos presentamos ante su presencia. Yo veo y quiero ver en ustedes lo que tiene esta imagen con la que acompañó este mensaje: “gracias por ayudar al necesitado”, Jesús dijo que cuando lo hacemos aún con el más pequeño lo hemos hecho con él.

¡Vivan los médicos y el personal de enfermería!  Gracias por ser y estar. Les aseguro mi oración y la de muchísimos más. No están solos. Gracias por estar en las buenas y en las malas, también estaremos con ustedes en las mejores y en las peores.

Padre Daniel Valdez García

*El Autor es Profesor en la Universidad Autónoma del Estado de México.

Estudió Sacerdote y Especialidad en Bioética en U.A.E.M.

Estudió en el Seminario Diocesano de Toluca.

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Facebook: Daniel Valdez García

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