¡Saludos en este tiempo de Pascua de resurrección!
Con el corazón en la mano dedico esta reflexión al personal de salud, a los agentes sanitarios. Seré preciso y conciso.
- Gracias a Dios y a ustedes por su humano e importante servicio. Nunca se arrepentirán de su profesión que se hace vocación por la pasión con que sirven como profesionales de la medicina.
- Sé que son conscientes de que no son ángeles ni héroes, no románticamente su profesión. Sean firmes ante los que se disfrazan de personas decentes y un día correr para pedir su ayuda, y hoy aterrados por la pandemia los quieren correr de sus propias residencias. Son profesionales y como tal exijan respeto a su integridad y a sus derechos.
- Finalmente, soy testigo de que ante la enfermedad y la gravedad las personas pierden piso, si muere el paciente y si se recupera fue gracias a Dios. Esa es actitud de espiritualoides ingratos y colmados de supina ignorancia. Dios mismo decide quién y cuándo nos presentamos ante su presencia. Yo veo y quiero ver en ustedes lo que tiene esta imagen con la que acompañó este mensaje: “gracias por ayudar al necesitado”, Jesús dijo que cuando lo hacemos aún con el más pequeño lo hemos hecho con él.
¡Vivan los médicos y el personal de enfermería! Gracias por ser y estar. Les aseguro mi oración y la de muchísimos más. No están solos. Gracias por estar en las buenas y en las malas, también estaremos con ustedes en las mejores y en las peores.
Padre Daniel Valdez García
*El Autor es Profesor en la Universidad Autónoma del Estado de México.
Estudió Sacerdote y Especialidad en Bioética en U.A.E.M.
Estudió en el Seminario Diocesano de Toluca.
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