Semanas antes de que el coronavirus se diseminase por el mundo, partes de África ya eran amenazadas por otro tipo de plaga: la mayor manga de langostas que se haya registrado en 70 años.
Ahora está llegando una segunda oleada de los voraces insectos, unas veinte veces mayor que la primera. Miles de millones de langostas jóvenes están volando desde sus áreas de reproducción en Somalia en busca de la vegetación fresca que brota con las lluvias primaverales.
Millones de personas ya vulnerables están en riesgo. Y cuando se congregan para combatir la plaga, a menudo infructuosamente, se arriesgan a diseminar el virus, un aspecto que es segundo en importancia para muchas áreas rurales.
Es la langosta “de lo que está hablando todo el mundo”, dice Yoweri Aboket, un agricultor en Uganda. “Una vez que llegan a tu jardín, es la destrucción total. Algunas personas te dirán que la langosta es más destructiva que el coronavirus. Incluso hay algunos que no creen que el coronavirus va a llegar aquí”.
Algunos agricultores en la aldea de Aboket, cerca de la frontera con Kenia, golpean grandes ollas de metal, silban o lanzan piedras para tratar de espantar a las langostas. Pero mayormente se limitan a mirar exasperados, impedidos por los encierros del coronavirus de salir de sus casas.
La destrucción de una huerta de yuca, parte crucial de la dieta local, significa hambre. Esas preocupaciones en la aldea de unos 600 habitantes son similares a las de grandes áreas de África oriental, incluyendo Kenia, Etiopía y Sudan del Sur. Se han visto mangas también en Yibuti, Eritrea, Tanzania y Congo.
La Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU ha dicho que la plaga de langosta, causada en parte por los cambios climáticos, es “una amenaza sin precedentes” para la seguridad alimentaria y el sustento. Sus funcionarios han dicho que esta nueva ola tiene 20 veces a magnitud de la primera.
“La situación actual en el este de África sigue siendo extremamente alarmante … pues un número creciente de nuevos enjambres se están formando en Kenia, el sur de Etiopía y Somalia”, dijo un nuevo reporte de la FAO.
La agencia dijo que condiciones favorables de cría hasta mayo significan que probablemente habrá una nueva ola de enjambres a finales de junio y en julio, con el inicio de las nuevas cosechas, dijo.