Las proyecciones siempre tienen margen de error en lo más puntual y específico, pero no fallan en señalar las grandes tendencias y los cambios que estos implican en la vida de la sociedad.
La nueva manera de utilizar el carro es un ejemplo paradigmático de lo que va a ocurrir con la vida cotidiana en los próximos 30 años. Lo que ya se sabe va a suceder con el carro va a tener lugar en otros muchos aspectos de la vida cotidiana.
Entre los futurólogos hay acuerdo en que hacia 2050 ya no habrá carros de motores impulsados por combustible fósiles y que éstos solo se podrán ver en los museos. Ya en 2030, en diez años, el 95 % de los kilómetros recorridos por una persona será en carro eléctrico.
El fin del uso del petróleo en los carros, que ahora son el principal emisor de gases de efecto invernadero, va a abatir de los niveles de bióxido de carbono de manera notable.
Los carros ya no tendrán conductor y se manejarán por computadora. Los accidentes de carretera, donde el 99 % son efecto de errores humanos, van a desaparecer y con ello el número de las víctimas fatales.
En la actualidad solo se utiliza el 4 % del tiempo de los carros. Ahora un carro de propiedad privada recorre al año unos 15,000 kilómetros y en el futuro, donde ya no habrá carros privados o solo serán unos cuántos, al año va a recorrer 150,000 kilómetros.
La manera distinta de utilizar el carro y de generar su movimiento va a provocar grandes cambios en el espacio físico de las ciudadanas y también en la atmósfera contaminada de las mismas.
Y va a producir el desplazamiento del 100 % de todos los trabajos relacionados con el carro tal como se realiza el día de hoy.
Esto no es exclusivo de esta actividad. Un estudio de la Universidad de Oxford señala que para 2050 entre el 50 % y el 80 % de los actuales trabajos serán desarrollados por robots.
La nueva realidad mundial, que ya está presente y año con año se va a acelerar, arroja la necesidad de resolver el problema del empleo de manera distinta a como se ha realizado hasta ahora.
Así surge la idea de la renta universal. Son cada vez más los economistas que piensan que, a pesar de sus riesgos, esta medida es la solución al desplazamiento de los empleos y que, para 2050 este tipo de renta estará ya generalizada.
Estas son realidades, no especulaciones, sobre las que se va a discutir mucho en los próximos años. (Con información de Miguel Ángel Criado, El País, Domingo, 12.11.17)
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