Hablar de sexualidad es en términos de hablarlo en voz baja, lamentablemente no estamos exentos a nuestros días a que esto suceda en pleno Siglo XXI.
En muchas sociedades, culturas, subculturas y a nivel mundial el que habla de sexualidad lo hace por el hecho de ser una persona pecaminosa, que tiene una distorsión del pensamiento, que está sujeto a aberraciones o perversiones.
Se considera a la sexualidad como un tema pecaminoso e incluso que es del demonio; muchas personas tienen miedo realmente a conocer sobre su propia sexualidad, sin embargo, el miedo surge por el hecho de llegar a ser humillado, ridiculizado e incluso hasta cierto punto a cometer errores y ser juzgado. Todo esto emana de una sociedad que construye y destruye todo a su vez, siendo un parteaguas los mitos y falacias de la sexualidad que algunos de ellos han sido perdurables en el tiempo y no se han erradicado por completo debido a la desinformación que existe continuamente y el miedo a expresar realmente a voz abierta la sexualidad.
Existen muchos padres de familia que tienen miedo de hablar de sexualidad con sus hijos por el simple hecho de llegar a despertar en ellos un interés que va más allá de su edad cronológica (un despertar sexual precoz), como seres humanos nacimos como seres sexuados y tenemos derecho a la información de la salud sexual; a nuestros padres no se les enseñó a ser padres, como tampoco se les enseñó a estar preparados ante ciertas interrogantes que los pequeños llegan a hacer y esto aunado a su constante desarrollo tanto físico como cognoscitivo que permite ir descubriendo en el ¿Qué?, ¿Cómo? y ¿para qué?, cuando se tocan ciertas interrogantes sobre estos temas los padres las evaden, suprimen la interrogante o tratan de dar una respuesta pero no saben cómo y lamentablemente en lugar de informar están desinformando con algo que no es lo apropiado real.
Incluso entre nuestros grupos de pares la desinformación sigue estando latente cuando se tienen dudas o curiosidades entorno a la sexualidad, es por ello que debemos romper con ciertos tabúes sexuales que no nos permiten avanzar a una cultura en donde la sexualidad debe ser un principal factor de conocimiento y de estudio para poder tener mejorías en nuestra vida cotidiana.
Lamentablemente los medios de comunicación a nivel mundial han desvirtuado los temas de sexualidad o han tratado de desinformar; la sexualidad no es mala, vivimos como seres sexuados y debemos aprender a reconocernos como esos entes que para poder vivir sin prejuicios debemos conocernos realmente a nosotros mismos para no ser contraproducentes con la información que realmente está sustentada.
Lic. Psic. Sergio Toribio Hernández
Licenciado en Psicología, Diplomado en Sexualidad Humana, Psicología Criminal y Psicología del Trabajo; conferencista, tallerista y ponente. Colaborador especialista en programas de radio y televisión.
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