El 21 y 22 de diciembre pasado tuvo lugar el Foro de Defensa del Territorio y la Madre Tierra, que organizaron las bases de apoyo del Ejército de Zapatista Liberación Nacional (EZLN) en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Al evento asistieron representantes de 32 pueblos originarios de 24 estados de México e invitados de Guatemala, Ecuador, El Salvador y Estados Unidos.
Los pueblos originarios, en especial los organizados en torno al EZLN, han sido las fuerzas políticas y sociales más abiertamente opositoras al gobierno que encabeza el presidente López Obrador.
En la reunión, los asistentes se comprometieron a seguir resistiendo a lo que llaman la “Cuarta Aniquilación”, que es como califican a la administración que ahora encabeza el presidente.
La “Cuarta Aniquilación”, se dijo en el encuentro, “va a destruir a todos (…), pero a nosotros nos da coraje y rabia ver como siguen engañando a nuestros hermanos, la situación que viene con el nuevo gobierno que es de despojo”.
Y ante lo que representa el nuevo gobierno “lo que queda es resistir y enfrentar la guerra de la Cuarta Aniquilación” y para eso es necesario organizarse y luchar.
La lucha no es solo de los zapatistas sino de todos aquellos que reconozcan la existencia del “mal gobierno”. La lucha, dicen los organizadores, requiere la unidad con otras fuerzas porque esa “es la única forma para defender lo que tenemos”.
Los zapatistas plantean que para resistir el embate del actual gobierno lo que se requiere es reforzar la autonomía en la que trabajan desde hace 26 años. Eso implica la creación de formas de autogobierno, y para eso no se necesita pedir permiso al “mal gobierno”.
En el nuevo sistema autonómico zapatista, las mujeres tienen un papel relevante, ya no solo secundario, que se expresa en que ahora tienen un rol activo en la toma de decisiones de sus comunidades y pueden ocupar cargos en las Juntas de Buen Gobierno.
Ahora el gran reto es preparar a la nueva generación de zapatistas, para que se hagan cargo de todas las actividades y las funciones de gobierno dentro de las comunidades.
Son conscientes de la necesidad de preparar “a nuestros jóvenes para que no se dejen engañar por eso de Jóvenes Construyendo el Futuro o esperando cualquier otro programa” social del actual gobierno.
En el encuentro se señaló, en repetidas ocasiones, que la estrategia es “hacer la resistencia contra la guerra política e ideológica” del actual gobierno.
Y que es necesario resistir “internamente en nuestras familias” y también en las comunidades. Es un trabajo de lo local a lo regional y luego a lo nacional.
Al término de la reunión se dijo: “El problema no es si aceleramos o no la lucha, hay que ponernos a pensar en ¿qué sigue? o ¿estamos preparados para lo que sigue? Necesitamos reforzar nuestra resistencia y nuestra rebeldía”.
El EZLN y sus bases de apoyo concentran su fuerza y alternativa de construcción social en cuatro municipios de Chiapas, pero su prestigio moral se hace presente en la gran mayoría de las organizaciones de pueblos originarios de México y también en otros lugares del mundo.
Twitter: @RubenAguilar