Hoy analizaremos la letra y rúbrica de Adrián LeBarón después del cambio que tuvo en su vida a partir del pasado 4 de noviembre…
En grafología tiene mucho que ver el momento que está pasando el escribiente, en este caso se denota en apariencia buena adaptación y equilibrio entre los pares opuestos, como también cierta tendencia a la rutina, esto es producto de una sensibilidad poco desarrollada; se ve reserva y contención, gran autodominio, mesura, reflexivo y prudente, incluso en un contexto negativo muestra elementos de buen sentido y ponderación, pero también habla de poca creatividad de sentido práctico.
De espíritu flexible, penetrante, con un alto índice de seguridad, comportamiento maleable sin embargo en ocasiones no es sincero, con inconsistencias, de carácter huidizo y en ocasiones descarado y audaz en el ámbito personal.
De escritura combinada y con una buena lógica, vive entre una mezcla de dulzura y de firmeza es decir de un carácter vacilante, dividido entre dos tendencias contradictorias un grave conflicto en el ser y en el deber ser.
Se aprecia en su letra prudencia, reflexión y discreción, por su carácter maleable denota también un buen indicio de mentiras, falsedad y disimulo en general muy posesivo, por lo tanto no logra aceptar que hay situaciones que él pueda solucionar sin ayuda de otros.
La mayoría de sus letras terminan con un pequeño gesto regresivo generalmente es un signo de terquedad y en ocasiones solo espera la ocasión para pasar a los hechos y lograr satisfacer sus necesidades, este mismo grafismo indica que se encuentra en un estado de represión muy fuerte; confirmando lo arriba mencionado tiene un alto índice de actividad, de tensión voluntaria hacia el objetivo, de un paso más o menos rápido a la acción, de la buena adaptación al medio es decir extrovertido, en el plano mental denota el espíritu lógico y deductivo, la capacidad que tiene para concatenar las ideas entre sí, la inteligencia asimiladora y el espíritu de continuidad no obstante en ocasiones hay un exceso de lógica llevada a veces incluso a los razonamientos más absurdos.
En ocasiones el escritor se distancia de sus propios sentidos y de las influencias que provienen del contacto con su entorno, testimonio de un carácter sólido, de integridad, de necesidad, claridad, visión en perspectiva de los problemas, de resistencia a los instintos.
Se encuentra en un estado de tensión, así como de frustración, que le llevan a nublar el accionar del día a día, poniendo siempre una actitud sumamente racional y estricta.
La espontaneidad del escritor se ve atajada por elementos voluntarios de reflexión y dominio que contrarrestan el impulso inicial, a menudo pone de manifiesto un conflicto íntimo; con alta tendencia al disimulo. Con alto índice de prudencia y reserva, dueño de sus impulsos y de su imaginación y domina sus emociones; es decir voluntarioso y firme, enérgico, que sabe economizar sus fuerzas y aplicarlas cuando llega el momento a una acción perseverante y continuada; en ocasiones difícil de convencer y desconfiado.
Con cierta habilidad al trato con las demás personas, seductivo, atrayente, vanidoso y ciertas veces sujeta, amarra, encadena, física o moralmente la voluntad o la acción de quienes pueden estorbar o impedir sus fines.
Dentro de su terquedad no tiene otra fuerza defensiva que su resistencia pasiva, con cierta avidez de posesión, detención, dominio e imposición hasta apoyarse en procedimientos aparentemente legales para usar, retener o apropiarse de bienes o cosas que pertenecen a otros incluso para poner a los demás a su servicio sin ninguna clase de contemplaciones.
Adrián LeBaron denota una personalidad Impaciente y ansiosa al momento de escribir con su fuerte capacidad receptiva lo lleva a sentir todo profundamente, inquieto e irritable, muy receptivo al medio ambiente, lo que conforma e impresiona, suele ser subjetivo y parcial, es inconstante, de aptitudes múltiples, es un intuitivo nato, no está dotado para esfuerzos continuados, de estado depresivo y de gran excitación nerviosa posiblemente debido a la situación que vive pues es imposible disimular su irritabilidad y su impotencia de ahí la exigencia de justicia y su reclamo “de seguir viviendo como si nada sucediera sería un acto de cobardía” pidiendo que lo escuche el mundo entero en su grito desesperado por lo sucedido…independientemente de su tipo de vida que a lo mejor hay quién no lo aprueba somos seres humanos y creo que a nadie nos gustaría que nos pasara, sería bueno ponernos en sus zapatos y que pase lo que tenga que pasar pero que pase…
Lydia Montes de Oca Jiménez, perito en grafología y grafoscopia.
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