Frente al proyecto está Tibor Kremic, el jefe de la oficina del proyecto de ciencia espacial en el Centro de Investigación Glenn en Ohio.
Junto a su equipo estudian las adversas condiciones climáticas de Venus para que el LLISSE soporte 60 días de misión sin derretirse, tal como ha ocurrido con las otras naves que llegaron allí.
El LLISE es un cubo de un poco más de 35 centímetros, que contiene instrumentos que permitirán estudiar desde la atmósfera hasta la geología de Venus.
Sin embargo, debido a tu tamaño no llevará cámaras. A lo que Kremic explica: “Si hay una manera de poner una cámara en LLISSE, apostará que lo intentaremos, pero es un poco pequeño para eso”.
Otro desafío para el equipo de la NASA es la duración de la batería que alimentaría a la sonda durante los 60 días. Por ello, diseñaron una batería térmica activada por calor inspirada en la que tienen los misiles. Aunque reconocen que administrar el flujo de energía es otro asunto por resolver.
Para probar la durabilidad de los componentes, cada dos meses reproducen las condiciones de Venus en una cámara. Su objetivo es que LLISSE registre la transición entre la noche y el día, tomando en cuenta que un día en ese planeta dura más de 100 días de la Tierra.