Durante el mes de septiembre, México celebra su aniversario como nación independiente. Fue un 16 de ese mes en 1810 cuando el cura Hidalgo, tañendo la campana en Dolores, Guanajuato, dio formalmente el inicio de la contienda armada por la emancipación que concluiría con la firma de los Tratados de Córdoba y el posterior arribo del Ejército Trigarante a la capital del país, un 27, también de septiembre, pero de 1821.
México vio la luz como país independiente en esa fecha, pero se comenzó a forjar como nación desde el arribo de los españoles tres siglos antes. Esa mezcla de culturas dio como resultado el mestizaje que hoy nos define como pueblo único en el mundo.
En México no necesitamos cápsula del tiempo. Es posible viajar al pasado visitando alguno de los más de cien “pueblos mágicos” localizados en todas las regiones del territorio nacional, donde se conservan templos, iglesias y edificios públicos que datan de la época de la Colonia. Sitios arqueológicos y no pocos museos mexicanos nos remontan a la época Precolombina y nos muestran la grandeza de los aztecas, olmecas, zapotecas y mayas, entre muchos otros.
La naturaleza fue pródiga con nosotros. Nos obsequió un país rico en flora y fauna, donde existen ríos caudalosos y enormes lagos, así como una gran cantidad de minerales e hidrocarburos en el subsuelo. En México podemos disfrutar de las mejores playas del mundo, admirar la belleza de sus desiertos infinitos, meditar en las profundidades de sus bosques montañosos y vivir intensamente el turismo de aventura en sus agrestes selvas.
Nuestra gastronomía es reconocida internacionalmente. No solo los mexicanos aportamos para el deleite del mundo el maíz, el tomate, el aguacate, la papa, la vainilla y el chocolate, sino que hacemos maravillas con ellos. Nuestros platillos tradicionales, como los tacos, los tamales, el cabrito o el machacado, se han convertido en una forma de arte culinario inigualable.
Sin embargo, lo más valioso que tiene nuestro país es su gente. A pesar de ser fruto de un doloroso mestizaje, el mexicano vive con alegría. Amamos tanto a la vida que no la queremos dejar, quizá por ello celebramos a la muerte, con sus altares, sus catrinas y sus panes, haciendo una gran fiesta cada 2 de noviembre.
Los mexicanos nos enorgullecemos de nuestro origen, somos grandes anfitriones, tendemos la mano franca y tenemos palabra. Nos acongojamos junto con el que sufre y celebramos como propias las victorias de nuestros seres queridos, sobre todo si son las de nuestro equipo de futbol. México es pasión, México es colorido, México es su gente.
Por todo esto y más, ¡gracias, México! ¡Feliz aniversario! ¡Felices fiestas patrias!