La república se defiende

El complejo sistema republicano de reglas, instituciones y derechos a través del cual nuestro secular proceso de modernización política permitió a México transitar gradualmente hacia una sociedad abierta, dotando a sus ciudadanos de una forma de gobierno democrático, se encuentra en riesgo. La deriva autoritaria impulsada por el actual presidente se caracteriza, cada vez más, por acciones orientadas a desmantelar, desvirtuar y aniquilar a ese sistema político a través de una serie de decisiones arbitrarias, unipersonales e ilegales para imponer a la sociedad una nueva hegemonía política. Se busca anular el equilibrio entre los Poderes de la Unión, eliminar las evaluaciones de las políticas públicas, neutralizar a los incómodos organismos autónomos, cancelar las libertades de pensamiento y opinión, fracturar el carácter laico del Estado facilitando la intromisión de los credos religiosos y moralistas en la vida pública, así como limitar los derechos ciudadanos de manifestación y de oposición contra aquellos proyectos impulsados por un actuar gubernamental caprichoso, demagógico y polarizante, que además ha sometido la soberanía del país a los dictados de Donald Trump y que apoya dictaduras que dominan a otros países. Nuestra República democrática reclama por su sobrevivencia.

En sus orígenes la idea de República representa en la historia de las instituciones y las doctrinas políticas, la imagen de una comunidad organizada cuyos elementos distintivos son el interés común pero, sobre todo, el consenso a una ley que es válida y vinculante para sus integrantes. Fue el jurista, filósofo, político y orador romano Marco Tulio Cicerón quien puntualizó el significado de la res publica. Para el gran retórico y padre del derecho, la República Romana representaba la nueva forma de organización que se oponía radicalmente a la Monarquía en la que el jefe del Estado accedía al sumo poder a través de derechos hereditarios. De esta forma, la República surgió como una nueva forma de gobierno que afirmaba la justicia a través del derecho, mientras que la Monarquía —y aún más la Tiranía— encarnaban aquellos gobiernos injustos dirigidos por una sola persona y su colectivo de allegados.

Actualmente, la República se sustenta en nuestra Constitución Política cuyo artículo 40 establece: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”. Ella otorga al Jefe de Estado un poder limitado estableciendo un equilibrio entre las partes y garantizando el deber de representar la unidad nacional. Contrariamente, la Cuarta Transformación se orienta a la creación de un Estado con un poder monopólico y unitario, sin división de poderes ni distinción entre Estado y sociedad, concentrando las decisiones en manos de un partido que anhela representar al conjunto social imponiendo su cuestionable visión organicista.

Frente a este proyecto se aglutina una incipiente pero potencialmente poderosa oposición formada por partidos, intelectuales, movimientos y organizaciones de la sociedad civil así como de distintas personalidades, que comparten la urgente necesidad de contrarrestar el creciente autoritarismo. Surgirá así Futuro 21, un frente amplio opositor que busca reconducir el proceso político mexicano hacia la legalidad con miras a una democracia de calidad. Este próximo sábado 24 de agosto nuestra vida política conocerá de una nueva alternativa y una renovada oposición democrática en defensa de la República.

@isidrohcisneros 

Deja un comentario