La concepción sobre los diferentes sectores que conforman una sociedad no es estática. Conforme pasan los años y derivado de los avances políticos, culturales, económicos y tecnológicos, cada estrato social tiende a cambiar considerablemente, lo que provoca una dinamización, tanto en los ordenamientos normativos encargados de regular el comportamiento del ser humano como en aquellos instrumentos e instituciones encargadas de proteger y defender los derechos de las personas y también del medio ambiente.
En esta ocasión me enfocaré a los niños y las niñas, haciendo alusión a temas de interés que pude presenciar en el Foro Regional de los Derechos de la Niñez, celebrado en días pasados en Atlacomulco por la fundación Children Fund, Niños de Bobashi y la CODHEM. Considerando que el término está determinado por la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) como todos los seres humanos menores de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad. Con el paso del tiempo, los cambios históricos han evolucionado en la manera de entender la infancia, modificándose también la forma en la que se organiza la sociedad, así como las pautas y reglas para su crianza, implementando nuevas teorías que estudien el comportamiento de la niñez, así como el marco legal para su protección, máxime cuando su estado de vulnerabilidad así lo requiere.
En la actualidad la niñez mexicana se enfrenta con una gama de problemas y retos a vencer, no obstante el desconocimiento de sus derechos representa el principal factor que propicia su violación, esto los sitúa en un estado de indefensión, por lo que el Estado debe implementar, desarrollar y poner en marcha políticas públicas a favor de la infancia. Existen miles de casos que se suscitan cotidianamente y en los cuales el dolor, el sufrimiento, la pobreza, el abandono, la injusticia, los malos tratos, los abusos, la violencia, el desprecio y la muerte son escenarios donde las niñas y niños se encuentran inmersos.
En esa tesitura, algunos de los problemas a los que se enfrentan, con mayor frecuencia, son los siguientes:
- Deserción escolar y falta de acceso a la educación: durante los primeros años de infancia, la educación desempeña un papel importante, pues a partir de la adquisición de conocimientos se consolidan las capacidades físicas e intelectuales, elementos imprescindibles para la correcta socialización con el entorno en el que se desarrollan las niñas y niños, forjando así su identidad y fortaleciendo su autoestima frente al resto de los individuos. No obstante, no asisten a la escuela debido a diversas causas, entre ellas la pobreza y el trabajo al que muchas veces están sujetos, la inasistencia, el poco o nulo apoyo de los padres y maestros para acercarles el conocimiento, la carencia de infraestructura en algunos espacios educativos, así como la imposibilidad de acceder a una educación de calidad. La CDN señala que se les debe reconocer el derecho a la educación, con el fin de que pueda ejercerse de manera progresiva y en igualdad de condiciones y oportunidades. Por su parte, la Declaración Universal de los Derechos del Niño establece que deben recibir educación gratuita y obligatoria por lo menos en sus etapas elementales. Aunado a ello, dicha educación deberá favorecer su cultura general y coadyuvar en el desarrollo de sus aptitudes. 96 % asisten Asistencia escolar de niñas y niños. La Encuesta Intercensal 2015, registra que en México el 96% de las niñas y niños de 6 a 14 años asisten a la escuela. 4 96
- Explotación sexual y laboral: esta problemática parte de la situación en la que se encuentran miles de niñas y niños que, en la mayoría de los casos, han sido separados de sus familias, situándose en un estado de total vulnerabilidad a fenómenos como la trata infantil, la explotación, la prostitución y los malos tratos; acciones que se vuelven perjudiciales para su salud física, psicológica y emocional, impidiendo toda posibilidad para el desarrollo armonioso respecto a su infancia. En ese sentido, la Declaración Universal de los Derechos del Niño indica, en su principio, que deben ser protegidos contra toda forma de abandono, crueldad y explotación, evitando que se conviertan en objeto de cualquier tipo de trata.
- Maltrato y violencia: las niñas y los niños se hallan expuestos a distintos tipos de violencia perpetrados, bien por la propia familia o por personas ajenas a la misma, y que por lo general, de alguna manera se relacionan con los infantes, tales como maestros, empleados de instituciones de salud y de seguridad pública, quienes a través de sus actos elevan el riesgo para que la esfera de integridad física, psicológica y emocional de los menores, sea trasgredida. En tal caso, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establecen que tendrán derecho a vivir una vida libre de toda forma de violencia, resguardándose su integridad personal para que así se logren las mejores condiciones de bienestar y libre desarrollo de su personalidad. Por lo anterior, debemos tener en cuenta que la infancia no es una etapa más en la vida del ser humano, sino una de las más trascendentales debido a que es en esta fase en la que todo lo que se recibe del entorno, tendrá un impacto significativo en el consecuente crecimiento psicoemocional.
Aunado a ello, es deber tanto del Estado como de la sociedad concientizar acerca del reconocimiento de los derechos humanos que poseen este grupo de la sociedad, lo cual implica que su ejercicio no sea vulnerado ni obstaculizado; y que además se garantice su restablecimiento cuando éstos se encuentren en situación de violación.
En consecuencia, resulta indiscutible que entre los diferentes retos a los cuales se enfrenta el ser humano, se encuentra el de consolidar el respeto, protección y defensa de los infantes; labor que requiere de la participación de todos los actores sociales en aras de garantizar el desarrollo pleno de su potencial, creando y prestando servicios de salud, de educación, de alimentación, así como de espacios y ambientes propicios en los cuales puedan desenvolverse armoniosamente. Sólo así podremos ser sabedores de la importancia que el cuidado de las niñas y niños tiene, pues de ello depende el éxito de nuestras sociedades.
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