Afortunadamente para el sector productivo y para el mercado laboral en México, a partir de octubre, todas las empresas –cualquiera que sea su denominación como persona jurídica colectiva-, asociaciones, fundaciones, etc., así como los gobiernos (federal, estatales y municipales, tanto del sector central como paraestatales y descentralizado) en su carácter de patrones, tendrán la obligación de contar con políticas y procedimientos que permitan identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, al mismo tiempo que deberán ofrecer un entorno organizacional favorable a todos sus colaboradores.
Sin duda, esto promoverá que la salud mental sea una obligación de las empresas hacia sus colaboradores, y un derecho que los colaboradores podrán hacer valer; además beneficia no solo al mercado laboral, sino a todas las cadenas productivas, pues si se garantizan entornos laborales estables, mejor integrados y adecuados, la productividad se incrementará invariablemente.
Sobre los factores de riesgo específicamente, hablaremos en la siguiente entrega, hoy les platicaré la razón por la cual evaluar, conocer y analizar el entorno laboral es la base para cualquier sistema o metodología que se quiera adoptar para cumplir con la NOM-035-STPS-2019, y en términos generales, para que la organización tenga interacciones más productivas, colaboradores felices y comprometidos y su entorno organizacional cumpla con la Norma.
Empecemos por establecer que una de las maneras más ampliamente utilizadas y conocidas para evaluar el ambiente o entorno organizacional, es justamente una metodología conocida como clima laboral o clima organizacional, que básicamente es la aplicación de un instrumento estandarizado (cuestionario) que proporciona información sólida, cuantificable y útil acerca de factores específicos que determinan los tipos de interacciones y relaciones que se dan y se darán entre todos los miembros de la organización sin importar su nivel de autoridad, de responsabilidad o el área específica a la que pertenezcan.
Como es posible imaginar, esta evaluación toma su nombre a partir de concebir a la organización como un ecosistema, en el que la manera cómo interactúan los colaboradores con su medio físico, social, corporativo, familiar, etc., genera cadenas de interacciones y de interdependencia que afectan a toda la organización, a la vez que la organización, como un todo, afecta a los colaboradores, tanto en su conjunto como de manera individual. De aquí que, si este ecosistema funciona adecuadamente, resultará muy productivo, fructífero y el entorno organizacional será favorable, mientras que, si existen problemas, dificultades o bajos niveles de satisfacción, el entorno, además de ser poco favorable, comenzará a ser tóxico y generar colaboradores insatisfechos; y de acuerdo con la Norma, con altos índices de riesgo psicosocial, lo que puede llegar a significar multas para las organizaciones mayores al medio millón de pesos, más las responsabilidades que puedan añadirse al recurso presentado por un colaborador o después de una revisión de la STPS.
Considerando lo anterior, vale la pena destacar que, como obligación de los patrones la Norma establece que debe existir por escrito “una política de prevención de riesgos psicosociales que contemple: …c) la promoción de un entorno organizacional favorable”, esta política deberá implantarse, mantenerse y difundirse en el centro de trabajo y lo más recomendable será que a través de la política y los procedimientos que la organización adopte, se pueda generar información adecuada que permita, además de conocer el estado en el que se encuentra el entorno organizacional, adoptar las medidas correctivas y preventivas que impacten directamente en los procesos institucionales, ya sea mediante la determinación de nuevas acciones o la consolidación de las buenas prácticas y así, la organización se mantenga siempre en una mejora continua.
Por esto, la evaluación del clima organizacional como herramienta básica para determinar y analizar el estado de satisfacción y desempeño laboral de los colaboradores, puede resultar ideal también para identificar fuentes de conflicto, áreas de oportunidad corporativa y detectar debilidades y fortalezas en los factores de riesgo psicosocial que la organización pueda tener. Incluso, evaluar el clima laboral, facilitará la evaluación de desempeño de la organización y la toma de decisiones en todos los niveles de la organización, aunado a que evidenciará la manera en la que las acciones se diseñan, se difunden y se ejecutan, con base en el impacto que generan en los colaboradores, lo cual es un termómetro indispensable para cualquier organización.
De manera ideal, una evaluación de clima organizacional debe realizarse cada año en la misma temporada, así se puede evaluar y comparar (a partir del segundo año) el avance de las acciones emprendidas y las oportunidades pendientes.
La implementación de esta evaluación básicamente depende del número de colaboradores, la ubicación física de estos y la distribución de sus horarios productivos, a partir de esto, será posible organizar una logística para aplicar los instrumentos, recabar los resultados, analizar la información y generar los reportes correspondientes.
Actualmente las herramientas digitales permiten disminuir costos y tiempos en todas las fases de una evaluación del clima laboral, de manera que, con la información obtenida, se puedan elaborar los planes y proyectos que la organización requiera para mejorar el entorno organizacional y reducir los factores de riesgo de sus colaboradores en mucho menor tiempo y con costos muy accesibles, incluso para empresas pequeñas, que al final, también deberán cumplir con la Norma y tener sus propios sistemas que garanticen su cumplimiento.
Como siempre, agradezco tu atención y no dudes en escribirme para saber más sobre esto o algún otro tema. mnunez@dirhmexico.com.mx
El autor es Socio Director Comercial de @dirhmx . Lobbyist. Consultor en gestión y administración de proyectos, DO y coaching corporativo para los sectores público y privado.
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