Han pasado 72 años desde que falleciera Frederic W. Goudy (1865–1947), el tipógrafo más prolífico de la historia de EE.UU., creador de al menos 124 tipos de letra, como Camelot (1896), Pabst Roman (1902), Village (1902), Copperplate Gothic (1905), Goudy Old Style (1914), Hadriano (1918), Goudy Newstyle (1921), Deepdene (1927), Goudy Text (1928), Kennerley (1930) y Tory Text (1935).
Su labor como tipógrafo es relevante no sólo por su capacidad inventiva, sino porque supo proveer de nuevas herramientas de diseño gráfico editorial a la industria del libro así como a las artes visuales en general, para con ello contribuir al adelanto de la lectura crítica y la escritura creativa.
Es curioso: su contacto con la edición de libros y la tipografía fue más bien tardío. Goudy nació el 8 de marzo de 1865 en Bloomington, Illinois, EEUU. Después de graduarse en la Shelbyville High School en 1883, trabajó durante un tiempo en la oficina inmobiliaria de su padre hasta que en 1887 se trasladó a Minnesota y posteriormente, a la edad de 24 años, a Chicago, donde empezó realmente su trato con los libros.
Ya infectado por ese apego, aceptó un empleo en el departamento de libros raros de la editorial A.C. McClurg, donde entró en contacto con algunas de las ediciones de las mejores imprentas privadas inglesas del momento. Atraído por ese gusto suyo por leer y formar libros, Goudy fundó su propia imprenta, Camelot Press, en 1895, en la que comenzó a editar la revista literaria Chap-book, dirigida por Herbert Stuart Stone, de vida efímera, ya que sólo se editó durante un año. Esa revista no sólo es relevante por la gama de autores que participaron en sus páginas, sino porque tuvo a Toulouse-Lautrec como uno de los diseñadores de sus carteles publicitarios. Bueno, ese es otro tema.
Goudy seguía creando nuevos tipos que vendía a impresores y editores por precios que hoy nos darían risa. Por ejemplo, en 1896 vendió por 10 dólares su primera tipografía llamada Camelot a la Dickinson Type Foundry, fundada en 1839 en Boston y que gozaba entonces de gran prestigio como la fundidora por excelencia de tipos móviles para la industria editorial.
Goudy no estaba de acuerdo con los procesos de fundición de entonces, que abogaban por tipos sin remates, cual era la tendencia en boga, profundizada por la influencia cada vez mayor de la Bauhaus a partir de 1919. De ahí que su genio creativo se disparara en favor de tipografías con patines, incluso como una respuesta al movimiento nazi.
Ese genio creativo le llevó a dar clases de tipografía en distintas universidades y a consolidar su prestigio en todo el país e Inglaterra. En 1920, luego de distintos avatares que le impidieron rescatar muchas tipografías que él había inventado, Goudy se convirtió en director de Arte de Lanston Type Co, donde desarrolló su trabajo durante tres décadas. Frederic W. Goudy murió en 1947, a la edad de 82 años, tranquilo, satisfecho por su gran trabajo como tipógrafo, aunque sin saber que hoy sus tipografías le dan identidad a nuestra contemporaneidad.