En una prisión al norte de Brasil, al menos 57 reclusos murieron en enfrentamientos entre bandas rivales que disputan rutas de cocaína de esa región.
Al menos 16 de las personas asesinadas en la cárcel de Altamira fueron decapitadas, según los reportes policíacos.
El enfrentamiento comenzó cuando al parecer dos personas detenidas en un ala reservada para los miembros de una de las facciones irrumpieron en la zona del grupo rival y desencadenaron un incendio.
“Es probable que muchos detenidos hayan muerto asfixiados”, menciono un portavoz de la cárcel.
El gobernador de Pará, Helder Barbalho, lamentó el “episodio horroroso” y determinó la transferencia de 46 presos involucrados en el enfrentamiento, incluyendo el envío de 10 “líderes” hacia prisiones federales de máxima seguridad.
- Según las autoridades penitenciarias, la cárcel de Altamira tiene una capacidad de acogida de 200 presos, pero albergaba más de 300.
En septiembre pasado, siete presos fueron asesinados en otro motín, atribuido a una tentativa de fuga de ese mismo establecimiento.