- María del Rosario Mejía Ayala, Secretaria General de la CODHEM, habló sobre la importancia de reconocer el valor y aportación del sector femenino.
Toluca, Estado de México.- Al resaltar que muchas mujeres aprendieron desde jóvenes a compararse con otras, a evaluarse y expresarse con un vocabulario sutil o violento que denota machismo y misoginia, la secretaria general de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) María del Rosario Mejía Ayala, destacó que es necesario impulsar la sororidad para ser recíprocas, compartir éxitos, deseos y luchas, además de combatir la misoginia y las desigualdades que afectan a niñas y mujeres.
En el marco del “Día Naranja”, la sororidad, dijo, significa la hermandad entre mujeres con respecto a cuestiones sociales de género, por tanto, ayuda a reconocer el valor que tiene la otra persona y su importancia radica en dar a conocer la aportación de las mujeres para construir la valoración de las personas.
Explicó que la base de los derechos humanos es la dignidad: “es el valor intrínseco que tenemos como personas; sin embargo, la discriminación y la violencia son una práctica considerada normal y tolerada entre la mayoría de la población, como parte de la feminidad estereotipada, impuesta por la mentalidad conservadora, tradiciones, la televisión y medios publicitarios así como el machismo.
El machismo, recalcó, se aprende, incluso por mujeres profesionistas de todos los niveles, trabajadoras en cualquier rama de empleo y amas de casa, con o sin hijos; “casi toda nuestra existencia desde la infancia hasta la adultez gira en torno a la competencia mirando a otras; a veces, el hombre está de por medio, para considerarse más valiosas e importantes que otras”, cuando la realidad es que se realizan a través de su pareja o hermano o un hijo, por no sentirse capaz de hacer algo por sí misma e independiente de un hombre, expresó.
En ese sentido, “la sororidad exige revisar la propia misoginia de las mujeres, cada una tiene que ir descubriendo dónde, cómo se nos aparece, cómo nos legitima para dañar a las otras. Eso también es violencia”, y agregó que “ésta representa un avance para el empoderamiento de las mujeres, al sentirse apoyadas por otras, y generando un sentido de hermandad y pertenencia.”