Es de interés público conocer las diferencias y conflictos que existen entre los hombres y mujeres que gobiernan al país. Para los políticos mexicanos la opacidad y el secreto siempre se han visto como virtudes. La ciudadanía nunca se entera de lo que pasa al interior del poder o solo después de mucho tiempo.
Las cartas de renuncia de Germán Martínez al IMSS y de Carlos Urzúa a la SHCP, donde plantean con claridad sus razones para dejar sus cargos, abren una nueva etapa. Y en esa misma dirección se sitúa la entrevista que Urzúa concede a Hernán Gómez, para su publicación en la revista Proceso (2228).
En ella amplía con información relevante las razones de su renuncia. Expone sus diferencias con el presidente y otros integrantes del gabinete. Lo que aporta Urzúa es fundamental, para entender la política que implementa el presidente y los peligros que ésta acarrea para el país.
Sus diferencias con el presidente se inician con el tema fiscal porque sostiene que es necesario una reforma que permita reducir las desigualdades económicas y sociales y lograr que el gobierno se haga de más recursos para cumplir con sus responsabilidades.
Plantea con mucha claridad el “conflicto de interés” que implica que el empresario Alfonso Romo, jefe de Oficina de la Presidencia de la República, acceda a información económica confidencial y al mismo tiempo él y su familia tengan participación accionaria en la Casa de Bolsa Vector.
Señala también que Romo impuso a gente de su círculo más cercano para dirigir el SAT, para esto se tuvo que cambiar la ley, y la banca de desarrollo. El presidente, con todo, puso un alto a Romo cuando trató de “apoderarse” de la SHCP y la Secretaría de Economía.
Asegura que no estuvo de acuerdo con la cancelación del aeropuerto en Texcoco porque ya estaba muy avanzado y había mucho dinero de por medio y también se manifestó en contra de la construcción de la refinería de Dos Bocas porque financieramente es inviable y hay otras prioridades en el sector.
Lo que al final decidió su salida fue el desacuerdo con el director de la CFE, Manuel Bartlett, quien sostiene su intención de incumplir el contrato del gasoducto submarino Texas-Tuxpan, que ya se terminó de construir, que pone en juego la credibilidad del gobierno y en riesgo la entrada en vigor del T-MEC.
Para Urzúa el principal problema del presidente y su gobierno es el “voluntarismo”. Y afirma que para él cualquiera que lo critique es un neoliberal y que por sus diferencias lo acusó de tal. En su visión y a pesar de que renunció a seguir en el gobierno de López Obrador le parece “el mejor político vivo de México”.
Ventilar las diferencias y conflictos entre quienes gobiernan al país es un gran servicio a la ciudadanía. Y hacerlo con razones y no con insultos es una expresión de inteligencia y civilidad. El país necesita que salgan a la luz pública mucha más información que permanece en los sótanos del poder.
Twitter: @RubenAguilar