Muchos de nosotros tenemos recuerdos de la infancia, en los que acudimos al zoológico de nuestra localidad. Un paseo en familia, en el que visitamos las instalaciones y conocimos a diversos animales, así como datos sobre sus lugares de origen o su nombre científico.
¿Qué pasaría si en lugar de solo ver a un animal en exhibición, recibiéramos una educación integral sobre dicha especie, por medio de juegos, información virtual o material didáctico?
En la actualidad, la información está en la palma de nuestras manos; y no es difícil conocer las dificultades que enfrentan los zoológicos en ciudades de nuestro país, así como los animales mismos; como el hecho de vivir encerrados en espacios sucios, reducidos e insalubres, al igual que la falta de personal capacitado, para el desarrollo, trato digno y respetuoso hacia los animales.
Hace poco más de un año, se inició un movimiento en el que de la mano de la sociedad y de la Fundación Franz Weber, mostramos a autoridades de zoológicos de nuestro país, el proyecto de transformación ZOO XXI.
Este proyecto no pretende cerrar los zoológicos, por lo que no dejaría sin empleo a las personas que laboran en ellos, sino dar un giro lógico, en el que dejen de ser centros de exhibición (en los que simplemente vemos animales y conocemos pocos datos sobre su vida) y se conviertan en centros de recuperación y educación de fauna en México.
¿Por qué decimos que no se busca cerrar los zoológicos? Sabemos que, si se cierran los zoológicos, no habría oportunidad alguna para transformarlos en proyectos educativos y socialmente responsables; debemos transformar la idea de “utilizar” a los animales para exhibirlos a simple gusto del público, a una función más completa, en la que ayuden a generar una mejor conciencia, educación y sobre todo, para entender la importancia que cada especie tiene, en el equilibrio y preservación de nuestro medio ambiente.
Adicional a lo que plantea este proyecto, incluye también un plan de rescate y reintegración de fauna. Es decir, pretende acondicionar espacios en los que se integrarán animales rescatados, para darles tratamiento y cuidado a su salud, para que cuando sea adecuado, se reproduzcan y sean integrados a santuarios, o de ser permitido a su hábitat natural. Este proyecto, se ha llevado a cabo con total éxito alrededor del mundo, siendo vanguardia en lugares como Buenos Aires y Costa Rica.
Sobre mejorar y aprovechar la educación en los zoológicos, el proyecto plantea “recorridos virtuales” en los que se presenten no solo datos sobre el animal, sino también su forma de vida, comportamiento, medidas de protección ante riesgos de extinción y mucho más, siempre desde un lado amigable y de fácil entendimiento, sin dejar de lado el desarrollo científico. Por ejemplo, en china, los visitantes tienen la oportunidad de vivir una experiencia en realidad virtual, en la que, apoyándose con sus teléfonos celulares, logran conocer en primera persona, el hábitat de diversas especies.
Así como evolucionó la manera de oír música o ver películas, el siglo XXI necesita una evolución en la educación, cuidado, protección de nuestros animales. Pongamos manos a la obra y promovamos acciones para evitar la extinción de más especies en nuestro país.
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