Toluca, Estado de México.- Factores sociales e institucionales relacionados con la impunidad, la falta de respeto a derechos humanos y la permisividad social, impiden generar una cultura para erradicar la violencia de género, coincidieron las activistas María de la Luz Estrada Mendoza y Ana Yeli Pérez Garrido, en la tercera y última mesa del Primer Coloquio sobre Feminicidio Contra la Violencia de Género y por una Cultura de Paz, organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem).
La tercera mesa denominada “La sociedad civil y su participación contra el feminicidio” permitió conocer las acciones de las organizaciones sociales para asesorar, brindar apoyo psicológico y dar acompañamiento a los familiares de las víctimas, con el objetivo de abundar sobre el fenómeno social y abonar a las posibles soluciones para frenar el incremento de las muertes por el hecho de ser mujer.
María de la Luz Estrada Mendoza, coordinadora ejecutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio y coordinadora del Área de Violencia de Género de Católicas por el Derecho a Decidir, enfatizó que la permisividad social es un factor que incide en las muertes porque se acepta la violencia, al considerarla como una conducta natural de los hombres, al igual que algunas prácticas negligentes y omisas de las autoridades y de la propia sociedad.
Por su parte, Ana Yeli Pérez Garrido, directora ejecutiva de Justicia Pro Persona A. C., se refirió a la discriminación estructural porque a veces se tolera y fomenta por el propio Estado y en ocasiones esto se agrava porque los propios defensores desconocen que la violencia feminicida es también una violación grave a derechos humanos.
El Primer Coloquio sobre Feminicidio, convocado por la Codhem fue una oportunidad para quienes hacen las políticas públicas, la sociedad civil y academia que en sinergia buscan trabajar en acciones para materializar aspectos fundamentales como la investigación eficaz de las autoridades, el acceso a la justicia, la reparación del daño, sanción a los culpables y sin duda, la prevención a través de la concientización sobre el tratamiento que debe darse a la violencia de género desde el primer momento que se genera, para no llegar a su máxima expresión como es el homicidio, muerte y feminicidio.