Los primeros siete meses del gobierno del presidente López Obrador son los más violentos desde que en México se tenga registro con 19,944 homicidios dolosos, cifra que se obtiene de los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y para el mes de junio de la suma del conteo diario que realiza el gabinete de seguridad nacional.
Los especialistas estiman que este conteo tiene una subestimación del 20 % con lo que el número que se ofrece para junio, que es de 2,543 homicidios, podía ser de 3,051 y la cifra total elevarse a 20,452. Hay que esperar los números del SESNSP, para el mes de junio, que se darán a conocer el 20 de julio, para tener la cifra final.
Ahora los estados que concentran el mayor número de homicidios dolosos son: Guanajuato, Estado de México, Jalisco, Baja California, Chihuahua, Veracruz, Ciudad de México y Guerrero. Estas ocho entidades están gobernadas por cuatro partidos distintos.
El actual gobierno no tiene una estrategia para enfrentar la inseguridad y al crimen organizado y “se ha justificado a partir de declaraciones políticas que dicen que, si hay una estrategia, pero la verdad no se puede confirmar que esta exista”, asegura Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano.
Y añade que el presidente López Obrador tiene “buenas intenciones” pero es ingenua su visión de que, a partir de la política social, que dice va a implementar, se pueda “lograr disminuir los homicidios”. Son realidades de otro carácter que no se resuelven como propone el presidente.
Jorge Alberto Lara, que fue subprocurador de la PGR y ahora labora en el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), coincide en que el gobierno federal no tiene una estrategia, para combatir la violencia.
Y por esa carencia, de la que es consciente el crimen organizado, “desafortunadamente vamos a seguir viendo los mismos resultados”, asegura Lara.
Ahora el crimen organizado, dice el académico del Inacipe, tiene información sobre la acción del gobierno y “una agenda estratégica como se vio en Tabasco. Incluso tiene una agenda de inteligencia”.
Entre los especialistas hay consenso de que la creación de la Guardia Nacional (GN), formalmente civil pero realmente militar, no garantiza por sí misma un real cambio en la estrategia, que por otro lado nada se ha dicho sobre ella.
Hay también acuerdo de que en los próximos meses no habrá una reducción de la violencia y que con la presencia de la GN extendida en el territorio ésta más bien se pueda incrementar.
En abril pasado el presidente prometió que en octubre se empezarían a ver los primeros resultados de la estrategia del gobierno en materia de seguridad. Ninguno de los estudiosos del tema ven que esto pueda ser posible.
Y los especialistas coinciden en que no habrá cambios en los niveles de la incidencia delictiva que seguirán en los actuales niveles o todavía podrán crecer de manera particular en el campo de los homicidios dolosos.
Twitter: @RubenAguilar