Toluca, Estado de México.- Habitantes del Valle de Toluca, pidieron auxilio por los altos niveles de contaminación del aire y del agua, que han provocado enfermedades en vías respiratorias a familias enteras y más aún se empezaron a detectar “niños azules”.
La falta de tratamiento en los pozos de agua para hacer potable el vital líquido desde el año 2015, a causa de recorte presupuestal, propició que las autoridades estatales se olvidaran de ello, lo que llevó a la contaminación de la misma por desechos orgánicos que hoy son causa de graves alteraciones a la salud.
La investigadora del Instituto Interamericano de Tecnologías y Ciencias del Agua (IITCA) de la Universidad Autónoma del Estado de México, Verónica Martínez, reveló que después de realizar estudios sobre la calidad del vital líquido en la zona “lo que hemos encontrado en los pozos es que en los últimos años se ha estado incrementando la cantidad de nitratos en el agua”.
Al consumir agua con alto contenido de nitratos, estos se diseminan en la sangre, lo que disminuye el contenido de oxígeno y “al disminuir el contenido de oxígeno en la sangre, la piel se empieza a poner de color azul por asfixia”.
Este padecimiento se ha estado detectando principalmente en niños menores de cuatro meses de edad, debido a que su alimentación es con base en agua.
Este fenómeno no había sido considerado por las autoridades, toda vez que la norma determina que el nivel aceptable de nitratos en el agua para su consumo humano es de 10 miligramos por litro.
Sin embargo, la especialista reveló que de acuerdo con estudios internacionales se ha confirmado que la enfermedad del Niño Azul ha aparecido en menores que consumen agua con un nivel mínimo de 2.5 miligramos de nitratos por litro y no solo tiene como consecuencia la piel amoratada por asfixia, sino que se han detectado casos de cáncer en el intestino y órganos genitales, así como alteraciones al sistema central.
“Estas alteraciones cada vez son más comunes y hoy en día, no nos damos cuenta que es resultado del agua que se está consumiendo”.
En esa zona del Estado de México, los especialistas ya detectaron una comunidad en San Pedro, Santiago Tianguistengo, en la parte más alta del Río Lerma, cuya actividad económica propicia una alta producción de cárnicos, lo que genera desechos orgánicos que se descargan en los cuerpos de agua, convirtiéndola en la zona más peligrosa del lugar.
La especialista señaló que se prevé que la problemática vaya en aumento, al asegurar que el agua potable del lugar está a punto de rebasar la norma de 10 miligramos de nitratos por cada litro de agua.
Es por ello que –dijo- los vecinos del lugar y la academia han diseñado un plan de trabajo para colocar barreras en los alrededores de cientos de pozos y lograr su efectiva filtración a fin de que el agua sea apta para el consumo humano, y así tratar las aguas residuales.