La tercera semana de mayo del año en curso, la Ciudad de México se ha despertado en medio de una nata contaminante que evidencia entre otras cosas: la mala planeación urbana que implica una alta concentración y centralización de personas y servicios; y la falta de prevención en el control de los contaminantes y programas que respondan a soluciones estructurales y de fondo para prevenir el problema de la polución.
No será este, un artículo para señalar a una autoridad, sino para poner en la mesa los compromisos que el Estado mexicano adquirió al ser parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Objetivos Mundiales) que fueron acordados en el año 2015 conocidos como la Agenda 2030 y que buscan: desarrollar en un plan de acción mundial en favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Busca fortalecer la paz universal y la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, hacer realidad los derechos humanos de todas las personas y alcanzar la igualdad de géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, para avanzar así hacia el desarrollo sostenible. Se compone de 17 objetivos y 169 metas de carácter universal que abarcan las tres dimensiones del desarrollo sostenible: social, económica y ambiental. Agenda2030.mx
La dimensión que me interesa señalar es la de medio ambiente y es que entre los 17 objetivos en que consta la Agenda 2030 (ODS) podemos señalar: 1) el objetivo 3 que se refiere a la salud y el bienestar de las personas; 2) el objetivo 6 que se refiere al agua limpia y el saneamiento; 3) el objetivo 7 que se refiere a energía asequible y no contaminante; 4) el objetivo 11 que se refiere a las comunidades y ciudades sostenibles; 5) los objetivos 13, 14 y 15 que se refieren a acción por el clima, vida submarina, y vida de ecosistemas terrestres respectivamente.
Los ODS son de cumplimiento moral obligatorio para los países que lo promovieron, entre ellos México, y nos corresponde a toda la comunidad de países procurar que se puedan alcanzar, no sólo porque estamos obligados sino por nuestro propio bienestar personal y comunal. Una prueba de ello es la crisis de polución por la que está pasando la zona metropolitana de la ciudad de México y sus extensiones de la megalópolis.
No es un asunto que tenga solución sencilla, me queda claro, pero además de por salud, me queda claro que con estas situaciones México está quedando fuera de los objetivos marcados en la agenda 2030 de la que somos parte.
Me parece que será importante para las distintas administraciones del nivel que sean, que recuperen o en su caso intensifique el desarrollo y la puesta en práctica de soluciones para los retos planteados en los distintos foros para la construcción de la Agenda 2030.
Una de las propuestas que a mi en lo personal si me parece que podría aminorar los problemas de la megalópolis es la descentralización de la administración pública federal, además se puede poner mucha más atención en el transporte público y la seguridad de este, que van de la mano para mejorar su eficiencia.
Necesitamos alinearnos a los ODS de una manera eficaz y eficiente, afrontando juntos y construyendo juntos como comunidad. Hacernos unos con la tierra y sentirla como nuestra puede ayudar.
Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez
Abogado internacionalista y catedrático universitario.
Correo: [email protected]