“Sí al desarme, sí a la paz” continúan de manera simultánea en tres módulos instalados en las alcaldías Iztapalapa, Tlalpan y Azcapotzalco, donde la población realiza el canje de armas de fuego por dinero en efectivo de manera anónima y voluntaria.
Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Gobierno capitalina, informó que del 21 de enero a la fecha se han destruido 2 mil 828 armas de fuego, de las cuales 2 mil 425 fueron cortas, 281 largas y 122 granadas; además de 6 cartuchos dinamita, 745 mil 857 cartuchos y 7 mil 200 estopines.
El segundo día en que personal del módulo ubicado en la Parroquia de Cristo Salvador y Señor, en Iztapalapa, esperaba a los ciudadanos decididos a participar en el canje, un señor de aproximadamente 65 años de edad fue el último en llegar a entregar su arma a los elementos de la Secretarías de Gobierno y Seguridad Ciudadana capitalinas, así como de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para que fuera destruida.
La inseguridad en la zona no es un tema que el participante voluntario en el desarme considere de gravedad, ya que tras 30 años de radicar en la colonia aseguró nunca haber sido víctima de violencia, aunque sí reconoció haber escuchado detonaciones de arma de fuego en su localidad.
Tras haber hecho la entrega de su escopeta, el señor de la tercera edad abandonó la parroquia ubicada en avenida Manuel Cañas, esquina Villa Feliche, de donde pende un cartel con la leyenda: “En Iztapalapa abrazos, no balazos”. Regresó a casa, sin la preocupación de cargar con un arma entre las calles de la alcaldía Iztapalapa.
En el segundo día de desarme en la Parroquia de Cristo Salvador y Señor fueron canjeadas cuatro armas: tres cortas y una larga, en un lapso de cuatro horas. De 10:00 a las 14:00 horas.
En este módulo, que es ya el cuarto que se pone en operación como parte de “Sí al desarme, sí a la paz” en Iztapalapa, el canje de juguetes bélicos por didácticos ha atraído la atención de los niños, pues ayer se canjearon aproximadamente 50.
“Me enteré por un chat de vecinos de esta zona, y decidí decirle a mis familiares”, comentó una de las madres que impulsó a sus hijos a intercambiar sus juguetes bélicos. Mientras que un hombre de aproximadamente 45 años de edad, quien asistió al módulo, consideró que este tipo de acciones “ayudan a no fomentar la violencia; en todo Iztapalapa sí que hace falta”.