Razón en blanco – Reforma laboral ¿desde el extranjero?

El pasado 30 de abril, el senado mexicano aprobó la reforma laboral que a razón de una necesidad de mejorar la justicia laboral y en consonancia de la reforma de la pasada administración como lo es, la creación de los tribunales laborales, sin duda es un avance para los derechos y la impartición de justicia para los trabajadores.

La reforma en términos generales consiste en la democratización del derecho colectivo del trabajo con relación a la libertad de sindicalización, la libre elección de los líderes sindicales; la creación de un centro de conciliación y la concentración de los contratos colectivos laborales; la creación de tribunales laborales sujetos al poder judicial. Pero estos puntos no son tan novedosos como los medios de comunicación y el mismo gobierno nos quieren hacer ver. Esta reforma realmente es la continuación de la reforma que quedó pendiente desde la pasada administración.

Sin duda, la presente administración no se equivoca cuando habla de que es necesario acabar con el sindicalismo inútil y en muchos casos vendido a los empleadores, tampoco se equivocan en lo referente a lo largo que son los juicios laborales que pueden tardar años.

Hay un estancamiento y retroceso en materia de justicia laboral, esto es evidente cuando nos encontramos con una población, que trabaja más horas que nadie y gana tan poco que no alcanza para una vida digna y decente. Pero ¿la reforma laboral provocará que haya cambios verdaderos?

No lo creo, ya he insistido en varios artículos que las reformas, las leyes, las normas en general por sí mismas no generan los cambios. Somos las personas, los ciudadanos, los trabajadores, los empleadores y los funcionarios públicos los que tenemos el poder para transformar la realidad de los salarios, la productividad, el trabajo decente, el salario digno y la justicia laboral.

Si bien, como lo expliqué antes, la reforma no trae realmente nada “nuevo”, quizá el voto libre, directo y personal de los trabajadores para la elección de los líderes sindicales resulte algo relativamente novedoso, pero esto no necesariamente traerá grandes cambios en la vida de los trabajadores, pues todavía no hay claridad de cómo se desarrollará esto en la práctica. No digo que no sea positivo, lo que digo es que hasta que no se aplique, la realidad no va a cambiar.

Por otro lado, el 1º de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que tocaba a Estados Unidos aprobar el T-MEC Tratado comercial entre México-Estados Unidos-Canadá una vez que en México se aprobó la reforma laboral. Es decir, reconoció que la reforma laboral fue aprobada para cumplir lo solicitado, particularmente por los representantes demócratas del congreso de Estados Unidos. Debemos entonces decir que ¿la reforma laboral fue impuesta desde el extranjero?

Suena a que sí, y esto resulta interesante recalcar pues si se confirma, no se puede esperar que la reforma laboral se vaya a implementar en el corto plazo, y suena a que sólo fue aprobada para “CUMPLIR” por lo exigido por nuestros vecinos del norte.

La reforma fue aprobada con prisas y me parece que no goza de amplio consenso. Insisto, no es porque no crea que sean necesarios los cambios en materia laboral, sino que los motivos reales por los que fue aprobada no garantizarán una correcta implementación.

Una de las frases favoritas del presidente es que la reforma educativa fue impuesta desde el extranjero, yo le preguntaría ¿su reforma laboral también?

Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez
Abogado internacionalista y catedrático universitario.
Correo: cgonblanc@aim.com

@cgonblanc

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