Es posible transmitir la pasión de la lectura a partir de la primera infancia, y qué mejor que estos días de descanso para ponerlo en práctica. Aun cuando no logremos en escasos días formar el hábito completo de leer en los más pequeños de la casa, todo lo que podamos hacer en pos de ese objetivo es bienvenido. Aquí algunos consejos que yo adopté desde hace muchos años, provenientes de la escritora argentina Liliana Santirso.
- Haz de la lectura un momento especial. Ya sea antes de dormir o después de hacer la tarea, crea un ambiente de comodidad y disposición de tiempo. Recuerda que la lectura es recreación e imaginería, de ahí que tus hijos deban sentirse en libertad de fabular cualquier fantasía alrededor de lo que se lee, en una atmósfera de confianza y creatividad.
- Evita que la lectura sea un castigo o una imposición. La lectura puede ser el comienzo de una aventura que exige una actitud abierta, confiada y libre de parte de quien lee.
- Para los más pequeños, elige lecturas con rimas, porque al ser leídas en voz alta se fijan más fácilmente en la memoria por su ritmo y su musicalidad. Si tus hijos son más grandes, escoge historias sencillas; si son mayores, selecciona historias contemporáneas o libros que hablen de lo que a tus hijos más les importa. El mejor hábito nace de una sólida conexión entre la actividad y el interés personal.
- No te exasperes si no tienes total atención de tus hijos ni exijas que ellos estén quietos y en silencio mientras se hace una lectura. Aunque en apariencia tus hijos no hagan caso, están escuchándote. Si observas que esta actividad no progresará por hoy, pregúntales si desean suspender la lectura… y hazles caso, pero no tardes mucho en proponerlo de nuevo con una invitación que sea original.
- No te desesperes. El hábito de la lectura se aprende con dedicación y constancia.
- Diviértete leyendo en voz alta: la voz de un personaje puede ser reproducida con una voz impostada o haciendo gestos que proyecten las emociones y las ideas de un personaje.
- Si ya has logrado constancia y notas interés de tus hijos en la lectura, pídeles que ellos lean algunos párrafos o estrofas, que cada vez pueden ser más grandes.
- No los corrijas mientras leen, eso crea inseguridad en ellos.
- Procura extender la actividad de leer a otras acciones: fabrica con tus hijos títeres, ilustraciones y juguetes a partir de personajes o situaciones referidas en los textos; creen sombras en la pared donde se recree la historia o un personaje que hayan leído; escriban un final diferente o una rima semejante a la que escucharon, o bien, anímense a inventar una historia o una rima a partir de lo leído.
- Recuerda: leer es un factor que mejora la comunicación con tus hijos.
- Hombres y mujeres deben leer en voz alta a los pequeños; éstos aprenderán que la lectura es una actividad de ambos sexos. ¡Ah!, acompáñense siempre de un diccionario: es muy útil para responder preguntas.
- No leas sólo literatura. Actualmente, hay libros de muchos temas y para todos los intereses y edades. Pregunta en la librería o en la biblioteca más cercana.
- La mejor enseñanza es el ejemplo. Si los hijos ven que sus padres leen con frecuencia y si en casa siempre hay libros a la mano, comprenderán que la lectura es una actividad cotidiana, familiar e importante, porque produce placer y genera comunicación en la familia.
Estos tips ayudan a desarrollar las competencias comunicativas fundamentales del ser humano: leer, escribir, hablar y escuchar. No importa lo que ellos estudien o a lo que se dediquen cuando sean adultos: tener el hábito de la lectura siempre los distinguirá del resto. Qué mejor regalo para nuestros hijos.