Por: María Esther Beltrán Martínez
Andalucía, España.- El Centre Pompidou Málaga presenta una selección de obras de Matisse. Un conjunto de 48 obras entre pinturas, esculturas y dibujos fechadas entre 1900 y 1952. Las creaciones que destacan son: El violinista en la ventana (1918) y Bailarín (1937).
Serge Lasvignes, presidente del Centre Pompidou, indicó en conferencia de prensa, que la exposición Un país nuevo. Henri Matisse (1869-1954) es el inicio de la celebración del 150 Aniversario del nacimiento del artista francés Henri Matisse.
“Esta exposición traza la trayectoria del artista gracias a una selección de obras icónicas que hacen dialogar la pintura, escultura y dibujo. Seis secuencias cronológicas que rastrean el recorrido de este artista fundamental de la modernidad, desde sus inicios hacia 1900 hasta sus últimas obras de principios de la década de 1950, en una evocación de los interiores de Vence y de su última obra para la Capilla del Rosario”.
Aurèlie Verdier curadora de la exposición explica que “No abundan los pintores como Matisse, capaces de llevar a cabo un minucioso análisis del proceso de elaboración de su propia obra. Hay que volver una y otra vez a la famosa frase del artista en 1908, según la cual el arte debería ser como “un buen sillón” en el que el espectador se sienta a descansar.
Ciertamente su obra emana una forma de dicha, pero el precio pagan consistió siempre en un arduo trabajo que perseguía ocultar ese esfuerzo. El arte hecho de “equilibrio, pureza y serenidad” al que Matisse aspiraba era en realidad el fruto de un forcejeo; un arte luminoso y simple de contemplar, pero complejo en su génesis. Un año antes, en 1907, enfrentado a la incomprensión del público y aún a la de otros artistas, Matisse libró una encarnizada batalla por su obra, que le sirvió sobre todo para esforzarse en tomar plena conciencia de su recorrido pictórico: “Creo que la personalidad del artista se desenvuelve, se afirma, a través de las luces luchas que tiene que librar […]. Sí el combate le es fatal, […] ese y no otro era su destino.”
Los visitantes al Centre Pompidou Málaga pueden conocer la posición de un artista que revolucionó la mirada moderna con una producción artística que se extiende a lo largo de más de sesenta años y lo sitúa entre los artistas más destacados del siglo XX.
La muestra, con obras fechadas entre 1900 y 1952 es amplia y destacan piezas como: El violinista en la ventana (1918) realizada durante su primera estancia en Niza, el Desnudo sentado rosa (1935-1936) que muestra la simplificación radical abordada por el artista desde sus inicios, o uno de sus primeros papeles recortados, Bailarín (1937).
Son seis secciones que forman la exposición: Con y contra los maestros, inicios y rupturas; “Medios más simples” El periplo fauve y “primitivo” (1905-1909), La apuesta por la radicalidad. Retratos y figuras (1909-1917), Niza, interiores, figuras (1917-1929), Modernidades, los años 1930 y Una habitación propia, vence. Los últimos interiores.
“El último período de Matisse, definitivamente instalado en Vence durante la guerra, fue testigo de un excepcional brotes de creatividad. Su reinstalación en el Hotel Régina, en 1949, le permitió abordar proyectos de gran formato a los que destinó una técnica que ya había ensayado en los años 1930, pero cuyo desarrollo a plenitud se produjo en el ocaso de su vida: los recortes de papel pintado con gouache. Esta técnica facilitaba el establecimiento de correspondencias entre el color, el dibujo y el espacio con la aparente simplicidad que Matisse busco a lo largo de su vida”, indica Verdier.