- El presidente reiteró que sí hubo corrupción en el proyecto porque se ocultó información sobre navegabilidad, presupuesto y ubicación
Por segunda ocasión en esta semana, el presidente Andrés Manuel López contradijo la información presentada por integrantes de su administración, esta vez, la del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, quien afirmó que no hubo corrupción en la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAIM).
El martes, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, afirmó ante senadores que para la cancelación del NAIM no se tomó como consideración un hecho probable de corrupción o de mal uso de los recursos, sino por temas de carácter técnico y por el excesivo costo económico y ambiental de la obra.
Sin embargo, este miércoles López Obrador aseveró que hubo prácticas corruptas para “beneficiar a unos cuántos” con la construcción de la nueva terminal aérea, porque “se iban a cerrar dos aeropuertos para construir el de Texcoco”, y el aeropuerto actual se iba a urbanizar, un desarrollo inmobiliario similar a Santa Fe, agregó.
Además, López Obrador expuso que el costo estimado para el nuevo aeropuerto “con dos pistas nada más y cerrar dos aeropuertos”, requeriría 300 mil millones de pesos, que al final se elevarían al doble, debido a la corrupción que “por intereses, se decidió construir el aeropuerto en el peor sitio del Valle de México”, donde se producen más hundimientos y no se garantizaba la calidad de la obra.