¿Alguna vez han escuchado que entre músicos existe una conexión más allá de la interpretación musical? Pues no se trata de una mera conjetura, sino de un hecho científicamente comprobado.
Según un estudio de la Universidad Max Planck Gesellschaft de Berlín, los cerebros de los músicos que interpretan una misma canción se sincronizan al unísono. Durante un experimento, los científicos descubrieron que esta interconexión entre las redes neuronales de los intérpretes funciona como si se tratase de un mismo cerebro.
Lo interesante es que esto sucede no solamente cuando se interpretan exactamente las mismas notas o con el mismo instrumento, lo que supondría la misma actividad cerebral y de movimiento físico, sino que las ondas cerebrales de los integrantes se coordinan aún cuando se estén tocando distintas partes o distintos instrumentos dentro de una misma canción.
Johanna Sänger, coautora del estudio, explica que cuando coordinamos acciones con otras personas se forman pequeñas redes (neuronales) en el cerebro y entre los cerebros, es decir, una interconexión, especialmente cuando estas actividades precisan una alineación temporal, como sucede al interpretar una pieza musical.
Lo anterior, a raíz de los datos obtenidos, indica que las redes intercerebrales conectan áreas del cerebro que previamente ya habían sido relacionadas en otros estudios con la cognición social y la producción musical. Los investigadores creen que la activación de dichas redes se produciría no sólo cuando se interpreta música, sino también cuando se realizan otro tipo de acciones de manera sistematizada, como en algunos deportes o durante la comunicación.
Esto da sustento a la sensación intuitiva que los músicos experimentan al tocar una canción al lado de sus compañeros de grupo. Dicho sentimiento se expresa en la mayoría de las veces sin la necesidad de emitir palabras, pues se trata de un efecto que permite el entendimiento entre músicos con una simple mirada; esa expresión en el rostro de que tocaste algo bien o mal y que se da de manera más fuerte dentro de los grupos de música original.
Quizás sólo los músicos sabrán de lo que estoy hablando. Se trata de una sensación en el cuerpo que te permite “comunicarte” con tus compañeros como si estuviesen aplicando una especie de telepatía. Es una conexión que surge más fuertemente cuando existe cierta “química” musical entre músicos, es decir, cuando se comparten determinados gustos musicales o formas de expresión artística.
Algunos pensarían que si se es músico simplemente puedes llegar y tocar con otros músicos. Pero esto es falso. Para que un grupo de música original funcione como un ente, es necesario que los integrantes estén conectados entre sí, como sucede en las relaciones de pareja, aunque en este caso no existe una atracción sexual sino musical, no obstante, es aplicable el dicho de que los integrantes de tu grupo son como tus novias(os).
La relación que se da entre músicos generalmente comienza a través de la admiración por las habilidades que uno u otro posee, misma que con el tiempo se convierte, en algunos casos, en una amistad que muy difícilmente se acaba, ya que los vínculos musicales nunca se rompen.
Infinidad de grupos musicales se han separado por distintas diferencias entre sus integrantes. Sin embargo, el lazo que se crea entre dos o más miembros de la banda es equiparable a la relación que se puede tener entre familiares. Podrá haber discusiones y discrepancias, pero la afinidad musical perdura y eso es lo que mantiene vivo al vínculo entre dos músicos.
Dentro de una banda pueden acontecer distintos sucesos que lleven a su rompimiento, aunque la música permanezca viva a través de los oyentes. Los años pueden pasar, pero la música es la que llama a cerrar ciclos y recordar momentos gloriosos en los que el público melómano fue testigo de la conexión mágica entre los integrantes de un grupo.
No es solamente tocar al ritmo de la música lo que crea la sincronía de la que habla el estudio de Max Planck Gesellschaft, sino la sincronía de los corazones al beat de la canción, el placer al escuchar una interpretación perfecta, la sensación de armonía que provoca la música hecha por las 2, 3, 4 o 5 personas que en ese momento se encuentran encerradas en un cuarto practicando para crear algo perfecto.
La ciencia podrá ser perfectible, pero la música es perfecta en sí, pues es la única actividad humana que, por muy sencilla o compleja que sea, siempre dará una satisfacción personal incomparable, tanto para quienes la están creando como para quienes la están escuchando. La música es la única forma de expresión artística que permite una retroalimentación en dos vías, porque el emisor transmite sus sentimientos al receptor y viceversa. ¡Ni qué decir de la energía que se comparte entre las personas arriba del escenario!
Por tanto, los músicos no solamente experimentan una interconexión cerebral que les permite crear algo tan maravilloso como una obra musical, sino que dicha conexión perdura a través del tiempo y la distancia, pues las relaciones que se forjan a través de la música son más fuertes que cualquier diferencia. La música crea, la música une y la música llena.
Facebook: Dení Leds
Twitter: @deniloci