A todos nos encanta tener la razón, nos encanta que nos den la razón; poder decir: “ves, te lo dije, yo tenía razón”. Es una experiencia que nos genera maravillosas sensaciones. A tal grado que podría convertirse en una adicción, la adicción a tener razón. Y es una de las adicciones que más afecta negativamente nuestra salud.
Una gran ventaja de vivir en la época del internet es que tenemos tantísima información a nuestra disposición todo el tiempo. ¡Podríamos saberlo todo! Sabemos muchísimas cosas, pero, aun así, no somos plenos y felices y no estamos viviendo la vida de nuestros sueños, no estamos gozando del bienestar, figura y salud que anhelamos, ¿porqué? Es simple, no lo sabemos todo. Y muchos de nuestros puntos de vista, creados a partir de información sesgada e incompleta, nos impiden ver nuestras limitaciones, la parte que no sabemos de lo que creemos que sabemos. Y es lo que no sabemos que no sabemos, lo que más nos aleja de nuestras metas.
Nuestros puntos de vista crean nuestra realidad, porque al aceptar una información como verdad, nuestro cerebro enfoca la atención hacia las evidencias que validan esa información, justamente para que tengamos razón. Nuestras falsas verdades, verdades a medias, o mentiras disfrazadas de realidad encuentran validez comprobable en el mundo material, debido a que así funciona nuestro cerebro. Una vez ha sido declarado, cualquier punto de vista, nuestra mente no se detendrá hasta encontrar la evidencia que lo sustente como realidad objetiva y comprobable. Nuestros puntos de vista son nuestras razones, y la mayoría de las veces, la mayoría de las personas preferimos sacrificar nuestra salud, antes que cambiar nuestras verdades.
Muchos de nuestros puntos de vista no son compartidos por los demás; a veces nuestro cónyuge, o nuestros hijos o nuestros jefes tienen puntos de vista diferentes a los nuestros. Y es allí en donde nuestros puntos de vista comienzan a enfermarnos. Queremos convencer a los demás de que somos nosotros quienes tenemos la razón. Y nos enojamos, nos entristecemos, nos sentimos impotentes, o abrumados, nos agobiamos o nos estresamos cuando no conseguimos que otros cambien su forma de pensar, para que el mundo cambie a lo que nosotros consideramos correcto, para poder sentirnos mejor y en paz.
Las emociones negativas activan a nuestros sistemas biológicos diseñados para sobrevivir amenazas. Las emociones negativas significan que nuestro cuerpo está listo para pelear o para huir de la amenaza. Nuestras pupilas se dilatan, nuestros músculos reciben la mayor parte de nuestro aporte sanguíneo, para estar listos para pelear, y nuestro tubo digestivo se sacrifica, recibe menos oxígeno y se paraliza. En esta búsqueda de tener la razón podemos generarnos migraña, conjuntivitis, dolores de cuerpo, gastritis, estreñimiento, colitis, entre muchos otros síntomas.
Para comenzar a transformar los resultados que estamos obteniendo en cualquier área de nuestra vida, sea salud, finanzas o relaciones interpersonales necesitamos identificar nuestros puntos de vista. Y darnos el permiso de aceptar que estamos equivocados. Para que entonces nuestra mente se abra y sea capaz de recibir información nueva, quizás muy diferente a nuestros puntos de vista previos.
Aristóteles dijo que una mente educada es capaz de entretener un pensamiento, sin aceptarlo. Cuando no estamos acostumbrados a recibir pensamientos nuevos y desconocidos, al principio nos vamos a sentir incómodas e incómodos. Pero recuerda que la incomodidad es el primer síntoma de que estamos creando una nueva realidad, completamente desconocida para nuestro “yo” actual.
¿Qué pasaría si nos atrevemos a aceptar que nuestros puntos de vista son sólo una de tantas formas de interpretar nuestra realidad, y no verdades absolutas?; ¿Si aprendiéramos a darle la bienvenida en nuestras mentes a ideas diferentes a las nuestras?; ¿Si nos diéramos el tiempo de analizar ideas nuevas a fondo, sin tenerle miedo a descubrir, que nuestras ideas previas estaban equivocadas?
El resultado de esta nueva dinámica de relación con el potencial infinito de ideas sería muy probablemente que tendríamos menos emociones negativas y menos estrés, y mucha más energía. Nos sentiríamos más alegres, menos a la defensiva, ya que no estaríamos constantemente sintiendo la necesidad de defendernos de las ideas de los demás. Se incrementaría nuestra creatividad, nuestra tolerancia a la frustración, tendríamos una mente mas ágil, más joven, más dinámica, más perceptiva, más orientada hacia el aprendizaje. Y todo lo anterior incrementaría nuestro estado de Bienestar, Figura y Salud.
Esta semana, qué vas a elegir ¿Tener la razón o tener Salud?
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