Aunque su error no condicionó el resultado final, sí que dejó al descubierto cuál es la situación actual por la que atraviesa Thibaut Courtois. Titular con Bélgica en el encuentro del jueves ante Rusia, su condición alrededor de la portería del Real Madrid ha variado drásticamente desde que Santiago Solari relevase en el banquillo a Zinedine Zidane, su principal valedor en el vestuario. Atendiendo a los primeros movimientos del francés en su regreso al Bernabéu, Courtois ha pasado a un segundo plano, cediendo su espacio a Keylor Navas, una decisión que ha hecho estragos en la concentración del jugador, que se manifestó con uno de los mayores fallos que se le recuerdan esta temporada.
“Me siento muy fuerte, estoy tranquilo porque entreno bien y juego bien”, declaró el portero, de 26 años, tras el encuentro en el King Baudouin Stadium de Bruselas. El error, una entrega poco (o nada) ortodoxa con la pierna derecha que agradeció Cheryshev para marcar a puerta vacía, trasladó al habitual rictus serio de Courtois una especie de mueca entre consternación y rabia. Eso sí, el recorrido de ese escalofrío emocional externo no golpeó su autoestima. “Cheryshev me da un codazo y me quedé sin fuerzas para despejar el balón. Fue un pequeño error, pero así es la vida del portero. A pesar de eso, después mantuve la calma e hice mi partido”, valoró contundente. “Me sigo considerando uno de los mejores, a pesar de que la prensa española quiera matarme”.