- Control del peso, de presión arterial y una vida sana, reduce la propensión a padecer insuficiencia renal crónica
- Con prevención, se busca reducir el número de pacientes que llegan con niveles de presión y colesterol alto a Urgencias y, sobre todo, evitar el trasplante de riñón
Para cuidar los riñones ante el riesgo de padecer enfermedades renales crónicas, la Secretaría de Salud recomienda a hombres y mujeres, realizarse un examen general de orina y una prueba de química sanguínea a partir de los 40 años, indicó el doctor Andrés Bazán Borges, Jefe del Servicio de Trasplantes del Hospital Juárez de México.
El doctor Bazán Borges, puntualizó que el HJM atiende con programas de detección oportuna a 20 mil pacientes con enfermedad renal crónica, ocasionada principalmente por la diabetes, la cual es un padecimiento que afecta a un gran número de mexicanos, quienes también sufren de obesidad e hipertensión arterial, debido a malos hábitos como el sedentarismo y tabaquismo.
Asimismo, los especialistas del HJM mediante el control médico oportuno buscan reducir el número de pacientes que llegan con niveles de presión y colesterol alto a Urgencias y, sobre todo, evitar la hemodiálisis y luego el trasplante de riñón.
Por eso, para mantener sanos los riñones recomendó a la población hacer ejercicio y estar activo; llevar un control regular de los niveles de glucosa en sangre; monitorear periódicamente la presión arterial; comer balanceadamente y control del sobrepeso, así como una ingesta de líquidos saludables, evitar fumar y no automedicarse.
Explicó que la salud renal es fundamental, ya que los riñones filtran los desechos y el exceso de líquidos en la sangre, que luego son desechados por la vía urinaria, de ahí la importancia de realizarse pruebas de la orina y en caso que se detecte un exceso de proteína o glóbulos rojos, se debe iniciar un protocolo de estudios para identificar el estado de los riñones.
Agregó que el daño renal crónico se desarrolla gradualmente y que los síntomas más comunes son náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, disminución de la agudeza mental, espasmos musculares, calambres, hinchazón de pies y tobillos.
Bazán Borges añadió que como consecuencia de estos signos, los niveles de retención de líquidos, electrolitos y los desechos pueden acumularse en el cuerpo y ser peligrosos, debido a que causan exceso de urea -compuesto químico cristalino e incoloro que se encuentra abundantemente en la orina y en la materia fecal- en la sangre.
El Jefe de Trasplantes del Hospital Juárez de México, subrayó que la enfermedad renal crónica no tiene cura, sin embargo, con el tratamiento adecuado se reducen las complicaciones y se retrasa la progresión de la enfermedad.