¡Sin agua, no hay futuro! Consejos prácticos para su cuidado

Agua
  1. Usar el agua justa y necesaria. Para lavarnos las manos o los dientes, para ducharnos, para fregar o limpiar. Al usar la lavadora o poner el lavavajillas (mejor cuando estén al máximo de capacidad), al regar el jardín o lavar el coche. Incluso al usar el retrete (muchos tienen ya sistemas de doble descarga). Por ejemplo, si lavamos las frutas y verduras en un cuenco podemos reutilizar esa agua para fregar el suelo o regar las plantas.

  2. Vigilar el buen funcionamiento de las tuberías. Si un grifo gotea o hay una fuga en una tubería estaremos echando a perder, gota a gota, muchos litros de agua por semana. Es importante arreglarlo cuanto antes, como también lo es el mantenimiento de las fosas sépticas. Y una buena idea es incorporar a los grifos aireadores o difusores, que reducen el caudal sin que tengamos la sensación de que salga menos agua.

  3. Deshacernos adecuadamente de los residuos. Al tirar restos (de comida, de aceites, medicamentos, productos químicos, etc.) por los desagües, ya sea del fregadero, el lavabo o el retrete, estamos contaminando el agua. No olvidemos que esas aguas residuales llegan como vertidos a ríos, lagos y mares, incluso a las aguas subterráneas. La contaminación y pérdida de calidad del agua empieza en nuestros desagües.

  4. Cuidar los ríos y océanos. Es esencial ser muy cuidadosos con nuestros residuos en los espacios naturales, pues si los dejamos en cualquier lugar, por efecto del viento terminarán en el mar, con la consecuente contaminación del agua y perjuicio para la vida de las especies marinas. También podemos participar en batidas solidarias para limpiar de residuos playas, campos o bosques, o hacer la nuestra propia, en familia. Es una actividad muy educativa para nuestros hijos.

  5. Plantar árboles. Cuando llueve, recolectan el agua de la lluvia, y esta se desliza por ramas y troncos hasta llegar al suelo, donde se filtra y contribuye a alimentar las aguas subterráneas. Aparte, como sabemos, los árboles liberan oxígeno a través de la fotosíntesis, por lo que siempre serán grandes aliados de los seres vivos. Si tenemos jardín, podemos plantar nuestro propio árbol, o colaborar en familia con organizaciones que realizan plantaciones solidarias.