¿Un vampiro del siglo XIX?, así luciría

vampiro

Un grupo de científicos estadounidenses, lograron reconstruir el rostro de un hombre que vivió durante el siglo XIX, fue enterrado pensando que era un vampiro debido a la forma en que hallaron sus restos óseos en la tumba.

Los expertos forenses de la empresa Parabon NanoLabs y del Laboratorio de Identificación de ADN de las Fuerzas Armadas estadunidense determinaron que quien los lugareños creían que era un vampiro en realidad era un hombre de mediana edad que padecía tuberculosis.

Su tumba fue descubierta en 1990 en Griswold, Connecticut, y sólo se le había identificado como JB55 por la inscripción en su ataúd, sin embargo, más tarde los científicos lograron saber su nombre: John Barber.

Los científicos consideran que el cuerpo fue exhumado y vuelto a enterrar con las extremidades en forma de X. (MDPI)

Los expertos sospechan que era considerado un vampiro debido a que el cadáver fue exhumado, manipulado y enterrado de nuevo. Las extremidades habían sido colocadas sobre su pecho formando una X, una práctica de entierro utilizada para evitar que los supuestos vampiros se levantaran de la tumba y atacaran a los vivos.

Determinar la identidad y más aún reconstruir cómo era su apariencia significó un gran reto para los científicos debido a que los restos de JB55 tenían más de 200 años de antigüedad y estuvieron estado tanto tiempo expuestos al medio ambiente.

“Las muestras de huesos viejos son un reto para el análisis de ADN porque el ADN humano puede estar muy degradado y porque una gran mayoría de la muestra puede consistir en ADN no humano del medio ambiente (por ejemplo, bacterias)”, señalaron los expertos.

Sin embargo, querían demostrar que aún podían extraer ADN de muestras históricas difíciles.

El rostro del supuesto vampiro

Para saber cómo era John Barber, el supuesto vampiro, los expertos realizaron una secuenciación del genoma de baja cobertura debido a que el análisis tradicional conocido como “cobertura 30X” arrojó un resultado bajo en la muestra.

De esta manera, determinaron que JB55 tenía piel clara, ojos color marrón, pelo negro y algunas pecas. Con estos resultados y con una imagen 3D del cráneo, el artista forense Thon Shaw le puso rostro al considerado en aquella época como vampiro.

“El peinado se seleccionó en función de los estilos que se usaban en el siglo XIX. Color de piel, cabello y ojos basado en predicciones de fenotipo”, precisaron los expertos.

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