Desde inicios de los tiempos, el hombre ha intentado descifrar y dar una explicación a todo lo que sucede y pasa alrededor, y es que, al observar el movimiento del sol, fases lunares e incluso las estrellas, se ha desatado una curiosidad por saber del paso del tiempo y más en especifico de como calcularlo, y bueno, en la actualidad la relojería es una actividad bastante sustancial, y con el pasar del tiempo se ha vuelto una profesión.
Remontándonos a los antepasados, la clepsidra o reloj de agua fue una de las creaciones más impresionantes como medidor del tiempo ya que se creo en babilonia en el 1400 a.C., era un mecanismo de calculo del tiempo que tardaba en pasar liquido de un recipiente a otro de las mismas dimensiones.
Ese sistema fue el antecesor al reloj de arena, que se destacó en el siglo III, iniciativa que posteriormente fue perfeccionada por los chinos y egipcios con el reloj de sol.
El más antiguo conocido fue encontrado en Egipto y data de hace 3.500 años aproximadamente. Consistía en dos bloques de piedra, uno que servía de aguja y otro donde se marcaban las horas. Y en Cayambe funciona el reloj de sol de Quitsato como una atracción turística que marca el centro del mundo.
El día fue entonces subdividido en 12 partes, a las que nos referimos como “horas del tiempo”. Por supuesto las horas del tiempo variarían en longitud, siendo más largas en verano y más cortas en el invierno. En el siglo XIII un árabe llamado Abul-Hassan introdujo la idea de hacer todas las horas del mismo largo, y no fue sino hasta el siglo XV que estas horas iguales estuvieron en uso general.
Ya durante el Renacimiento, hubo un vertiginoso desarrollo de los relojes de sol. Y en la búsqueda de mejorarlos, Leonardo da Vinci, quien dominó varias disciplinas, perfeccionó los inventos ya existentes. Su mayor innovación fue la de usar resortes en lugar de pesos.
Sin duda se recorrió un largo camino para llegar al reloj de pulsera, creado en 1904 por el relojero suizo Hans Wilsdorf, fundador de la marca Rolex. Los relojes atómicos llegaron en 1949 por iniciativa de la Oficina Nacional de Normas de Estados Unidos, y a partir de 1980 se popularizó ya el uso de los relojes pulsera, en los cuales se puede ver la hora también de manera digital.
En la actualidad, existe una gran variedad de tipos y calidades de relojes no solo digitales sino análogos, que miden tanto el tiempo como los latidos del corazón mientras se realiza algún ejercicio, varios de los cuales funcionan como extensiones de los teléfonos celulares.
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Los relojes son parte de nuestra vida, así que resulta adecuado compartir los siguientes consejos para cuidarlos.
Recomendaciones del buen uso de un reloj
1. Recordar que mientras su reloj se encuentre bajo el periodo de garantía deberá ser revisado única y exclusivamente en uno de los puntos autorizados por la marca.
2. Evitar exponer el reloj a productos químicos como jabón, detergentes, cosméticos, cremas y perfumes que puedan dañar la caja o la correa del mismo.
3. Realizar los cambios de pila en los centros oficiales designados por cada marca.
4. No dejar puesta una pila gastada en el interior del reloj, recordar que la oxidación de los componentes de la batería puede llegar a estropear los circuitos de la máquina del reloj.
5. No dormir con el reloj puesto, así evitará un desgaste innecesario del brazalete.
6. Revisar la resistencia al agua que tiene su reloj para evitar daños.
7. Luego de bañarse, con tu reloj en el mar o en la piscina, limpiarlo con un trapo de agua dulce para retirar restos de sal o cloro.
8. Cuando no esté usando su reloj, guardarlo apropiadamente para evitar la humedad y el polvo. Puede usar la caja original o una caja que contenga otros relojes.
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