POSIBILIDAD Y PROBABILIDAD

Por:  Sacerdote Daniel Valdez García

 

INTRODUCCIÓN

La posibilidad es la existencia de que una circunstancia suceda. En cambio la probabilidad es un cálculo matemático sobre la ocurrencia de una posibilidad. Las posibilidades son infinitas. Las probabilidades, en cambio indican, cuál es el porcentaje de veces que sucedieron en el pasado esta u otra posibilidad.

1. ¿Shavuot o Pentecostés?

En el Antiguo Testamento o Canon Palestino se nos da cuenta del origen de esta fiesta de los hebreos, en lengua hebrea es Shavuot y significa “semanas”, proviene de las semanas anteriores a la subida al Monte Sinaí por Moisés (Levítico 23, 15-21; Deuteronomio 16, 9).

Los judíos propiamente celebraban una fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días después de la pascua. Pentecostés viene del griego el día quincuagésimo, es decir el 50, el sentido de ducha celebración cambió por el dar gracias por la Ley entregada a Moisés: «Y cuando terminó de hablar con Moisés sobre el monte Sinaí, le dio las dos tablas del testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios» (Éxodo 31, 18).

2. Pentecostés en el Nuevo Testamento

El autor del libro de los Hechos de los apóstoles nos narra el hecho de Pentecostés que aconteció cincuenta días después de la resurrección de Jesucristo (Hechos 2, 1-14). Está descrito de tal forma que no solo sucedió, sino que sigue aconteciendo. Todos los días es Pentecostés para un buen cristiano.

En la liturgia al Espíritu Santo se le invoca y se le invita. Muestra de ello es el bellísimo himno llamada “Veni Creator” que en los grandes e importantes momentos de la Iglesia se canta. De manera especial hay que destacar la “Epiclesis”, es la invocación que se hace en la consagración eucarística.

3. Un nuevo Pentecostés

La nueva evangelización fue convocada por el Papa San Juan Pablo II, siendo nueva en sus métodos, ardor y expresión (Haití, 1983). Para que haya una verdadera nueva evangelización se necesita un nuevo Pentecostés: El Espíritu Santo se tipifica con el viento externo, es el ruah; y el viento interno, es el aliento de vida; el Espíritu Santo es la fuerza y la ternura de Dios que todo lo renueva: «“Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yahvé: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahvé» (Isaías 11, 1-2).

Así que si tienen la posibilidad y/o probabilidad de vivenciar esto en la vigilia de Pentecostés de este día y la liturgia dominical de la solemnidad invoquen e inviten al Espíritu Santo, que es la fuerza que viene de lo alto, como cuando unas personas empujan un auto que no funciona y de pronto arranca. Si la Iglesia evangeliza, ora y sirve como Jesús, verá más pronto de lo que se imagina ese nuevo Pentecostés que es posibilidad y probabilidad.