La NASA ya está trabajando en el reemplazo de la ISS

La Estación Espacial Internacional (ISS) es una estructura única que ha recibido su primera tripulación hace ya 22 años. Su final está previsto para 2031 y para ayudar en la destrucción controlada de la ISS, la NASA quiere un nuevo “remolcador espacial”.

La agencia espacial estadounidense presentó una solicitud de presupuesto federal en la que reservó 180 millones de dólares para el desarrollo de esta nave que pretende atraer la ISS hasta la atmósfera terrestre para su destrucción controlada. Se espera que la convocatoria para recibir propuestas permita valorar las diferentes opciones y conseguir una capacidad crítica a bordo.

El remolcador espacial no trabajará solo, sino que complementará los recursos de los diferentes socios embarcados en la ISS. La agencia también utilizará los motores de las naves de carga Progress, aportados por Rusia, como una forma de tener redundancia y ser capaces de ayudar mejor a la orientación del vehículo y su retorno seguro. Los planes de la NASA pasan por reducir la altitud de la ISS a partir de 2026 y finalizar sus operaciones en 2031, para evitar que se sume a la preocupante carga de basura espacial.

Además, el informe de la NASA detalla que en 2024 está previsto el lanzamiento del módulo de energía IROSA, que proporcionará una fuente de alimentación adicional a la estación y permitirá ampliar su vida útil. También se espera que en 2025 se realice una misión de reabastecimiento para reemplazar un par de paneles solares y un conjunto de baterías, lo que también contribuirá a mantener la estación en funcionamiento.

En cuanto a la retirada de la ISS, el informe señala que se realizará de manera controlada, para minimizar la cantidad de basura espacial y reducir los riesgos para la navegación. Para ello, se seguirá un plan detallado que incluirá la orientación de la estación hacia la atmósfera terrestre, su entrada en ella y su desintegración. La mayoría de los restos acabarán cayendo en una zona del Pacífico Sur conocida como “cementerio espacial”, que se encuentra a unos 2.500 kilómetros al sureste de Nueva Zelanda.

La jubilación de la Estación Espacial Internacional será un hito histórico en la exploración espacial y requerirá la colaboración de varios países y agencias espaciales para lograr una retirada segura y controlada. La NASA ya está preparando el terreno con el desarrollo del nuevo “remolcador espacial” y la extensión de la vida útil de la ISS hasta 2030, pero aún quedan muchos detalles por definir y muchos retos por superar en los próximos años.