La crisis británica

 

Hace unas horas Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido, anunció su dimisión al cargo debido a las fuertes presiones políticas dentro y fuera de su partido. Luego de una oleada de más de 50 renuncias en su gabinete, se aceleró la caída de uno de los políticos conservadores con mayor influencia en la escena británica de los últimos años, quién entre otras cosas, será recordado por ser el principal promotor del Brexit obtenido en 2020.

Su mandato estuvo siempre rodeado de polémica y situaciones contradictorias, que en muchas ocasiones sembraron la duda sobre su capacidad para gobernar, sin embargo, el declive se concretó por la serie de acusaciones por conducta sexual inapropiada en contra de Chris Pincher, el antes subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, cargo al que fue asignado por Jonhson en febrero pasado.

El problema se agudizó cuando el primer ministro negó tener conocimiento de dichas acusaciones antes de su nombramiento, no obstante, en julio se informó que la administración de Johnson sí tenía conocimiento sobre las denuncias formales en contra de Pincher y no tuvo más opción que reconocerlo y ofrecer una disculpa por su nombramiento.

Aunado a lo anterior, la serie de críticas por sus escándalos como el “partygate” durante la cuarentena impuesta por la pandemia por Covid-19, además de un manejo deficiente en las medidas preventivas de contagio terminaron hoy por desencadenar la serie de renuncias masivas dentro de su administración e incrementó las exigencias al interior de su partido hacia su salida.

Si bien se establecieron estrategias con las que se pensaba se llevaría a la recuperación de la Gran Bretaña pasada la emergencia sanitaria, la realidad es que el contexto político y financiero internacional adverso, además de la toma de medidas al interior muy cuestionadas, como el incremento en abril de impuestos supuestamente para financiar la asistencia médica y social, representan un duro golpe en el bolsillo de millones, quienes hoy tienen que enfrentar una inflación superior al 9% y una posible recesión técnica a la vista.

La renuncia de Johnson representa un serio reto para la política interna del país, la salida masiva de funcionarios ha causado la cancelación de la mayoría de las reuniones de los comités parlamentarios, dificultando así las capacidades operativas internas.

Dentro de esta crisis partidista-gubernamental es oportuno revisar cual es la situación de la oposición en el país, la cual, si bien el Partido Laborista actualmente cuenta con una ligera ventaja en las encuestas ésta es escaza, como lo dijo el propio Johnson en su anuncio de dimisión, considerando la poca popularidad de sus dirigentes. En ese sentido, es probable que se exploren alianzas partidistas para sumar fuerzas ante el panorama de incertidumbre que se vive entre los conservadores.

Interesantemente, la imagen casi narcisista que el británico posee, y que durante su campaña electoral le trajo grandes dividendos, hoy divide la opinión de millones de personas entre quienes apoyan su visión de gobierno y sus múltiples detractores que consideran que no tiene la competencia para liderear. Estas mismas señales se replican en gobiernos de otras latitudes con resultados semejantes.

Azul Etcheverry Aranda