Humanidad canina… ¿y la humanidad?

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Humanidad canina… ¿y la humanidad?
Por Adriana Delgado Ruiz | @AdriDelgadoRuiz

“La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la forma en que se trata a sus animales”, decía Mahatma Gandhi, atinadamente. Los animales no saben de odios ni de política. Saben de supervivencia y de ayudar al prójimo por naturaleza. Nos dan lecciones de humanidad, que los humanos tendemos a olvidar.

Antes de morir en el cumplimiento de su deber, Proteo, el perro rescatista mexicano, había apoyado en el salvamento con vida de un niño y en la recuperación de 14 cuerpos en la zona de desastre de Turquía.

Proteo era un pastor belga, entrenado por la Sedena. Integró uno de los 16 binomios caninos que México envió a la zona devastada por los terremotos. Falleció el 10 de febrero a causa de las condiciones climatológicas extremas. Tenía nueve años y siete meses de edad. Fue un héroe toda su vida. En octubre de 2015, participó en los rescates de Guatemala tras el deslizamiento de tierra en la colonia El Cambray II.

En abril de 2016, hizo su labor en Ecuador luego del sismo de magnitud 7.8 que azotó a ese país. Y claro, en 2017 fue parte de los rescatistas heroicos tras el terremoto en la Ciudad de México. En junio de 2022, también sirvió en la ciudad de Oaxaca por las afectaciones del huracán Agatha. Hoy, ya descansa en paz, con su impronta de heroísmo y servicio al prójimo desvalido.
En Turquía, otros perros rescatistas nos han dado grandes lecciones. Kopuk, un golden retriever entrenado allá, se lastimó las cuatro patas con vidrios entre los escombros. Luego de las curaciones, se negó a descansar, regresó de inmediato al trabajo y ha ayudado a salvar a cinco personas con vida.

¿Y los humanos? Bueno, nada más en la capital mexicana, de 2020 a 2022, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia recibió más de 17 mil 600 reportes por maltrato animal, de ellos, el 87 por ciento relacionados con perros. El Inegi documenta que México ocupa el tercer lugar latinoamericano en maltrato animal y el primero en perros callejeros. La organización Anima Naturalis sostiene que, aquí, “siete de cada diez animales domésticos sufren maltrato y al año mueren aproximadamente 60 mil por esa causa”.

¿Quiénes son más humanos? ¿Los animales o las personas? El maltrato a un ser indefenso es la peor bajeza. Más aún, es un factor que predispone a la violencia social y familiar. Un círculo vicioso cada vez más inhumano. Se ha normalizado lastimar a las mascotas no sólo físicamente, sino también abandonarlas, privarlas de alimento, descuidar su salud, dejarlas a la intemperie en azoteas o amarrarlas. Tan solo este año, hubo una reducción del 60% en el alimento para los caninos que ayudan en tareas de rescate de la Marina. Las 32 entidades federativas tipifican el maltrato animal en sus leyes y códigos penales, con penas que abarcan desde multas hasta cárcel, pero queda claro que en la práctica son mayormente letra muerta.

Un gran problema es la dejadez de legislar y hacer política pública solo por imagen y no por fondo. En vez de campañas amplias de vacunación y esterilización o educación y concientización sobre el cuidado animal, solo aumentan las penas, lo que termina siendo nada en un país donde la impunidad es lo que domina.

En julio de 2021, el Estado de México gobernado por Alfredo del Mazo aumentó de cuatro a nueve años de cárcel la sanción por maltrato animal. Aun así, hace pocas semanas, un centro canino en Zumpango fue cerrado por tener 35 perros hacinados, enfermos, sin alimentación ni agua, y además una fosa clandestina con muchos canes, varios de ellos insepultos. ¿Cuántos detenidos hubo en el operativo? Ninguno.

La justicia llega solo en casos aislados, como en Querétaro, donde un hombre fue sentenciado a 10 años de prisión por envenenar a Athos y Tango, dos perros rescatistas de la Cruz Roja.

Y ¿En dónde está la humanidad?