FAIRY, el robot volador que podría solucionar la crisis de polinizadores

FAIRY, es un “hada” robot es capaz de volar gracias a la luz, y podría ser determinante para hacerle frente a uno de los grandes problemas que enfrenta la humanidad.

Aunque FAIRY no es un hada, es el primer robot volador basado en materiales blandos fotosensibles. Su nombre es la abreviatura de Flying Aero-robots based on Light Responsive Materials Assembly, y pesa apenas 1,2 miligramos.

Los creadores de FAIRY esperan usar el robot para mitigar la pérdida de polarizadores, ya que está inspirado en las semillas de los dientes de león, siendo tan ligero que puede dispersarse a grandes distancias. Y como ocurre en la naturaleza, la luz le permite al pequeño robot elevarse por los aires y controlar la extensión de sus cerdas.

Además, FAIRY tiene un diseño muy poroso que lo ayuda a volar y es capaz de crear su propio anillo de vórtice, al igual que la semilla del diente de león. Eso fortalece su aerodinámica y asegura los viajes largos sin soporte adicional.

Investigadores de la Universidad de Tampere son los responsables del que presume ser el primer robot volador pasivo dotado de músculo artificial.

El desarrollo de polímeros que responden a estímulos ha abierto un abanico de posibilidades en cuanto a materiales para la próxima generación de robots de cuerpo blando a pequeña escala y controlados de forma inalámbrica. Desde hace tiempo, los ingenieros saben cómo utilizar estos materiales para fabricar pequeños robots capaces de caminar, nadar y saltar. Hasta ahora, nadie había sido capaz de hacerlos volar.


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Los investigadores del grupo de Robots Ligeros de la Universidad de Tampere investigan ahora cómo hacer volar materiales inteligentes. Hao Zeng, investigador de la Academia y jefe del grupo, y Jianfeng Yang, investigador doctoral, han ideado un nuevo diseño para su proyecto llamado FAIRY (Flying Aero-robots based on Light Responsive Materials Assembly). Este robot de ensamblaje de polímeros vuela con el viento y se controla con la luz.

“Superior a sus homólogos naturales, esta semilla artificial está equipada con un actuador blando. El actuador está hecho de elastómero cristalino líquido sensible a la luz, que induce acciones de apertura o cierre de las cerdas ante la excitación de la luz visible”, explica Hao Zeng.

De momento, continúan probando el robot para precisar su aterrizaje, considerando las superficies y texturas. Asimismo, les interesa que FAIRY sea biodegradable, pues no pretenden llenar de microbots el medio ambiente.

«Esto tendría un gran impacto en la agricultura a nivel mundial, ya que la pérdida de polinizadores debido al calentamiento global se ha convertido en una grave amenaza para la biodiversidad y la producción de alimentos», indica Zeng.

El proyecto continuará en fases de pruebas hasta agosto del 2026, cuando cumpliría 5 años; para lo cual se espera que FAIRY haya superado todas las pruebas y sea factible su liberación.