El presidente y los pueblos originarios

María de Jesús Palacio (1955), más conocida como Marichuy, que en las elecciones de 2018 intentó ser candidata independiente a la presidencia, en gira por España, concedió una entrevista a El País (13.10.19)

En ella, la portavoz del Consejo Nacional Indígena (CNI), plantea la posición de los pueblos originarios con relación a la política indigenista del presidente López Obrador.

El actual gobierno, dice, “se ha prestado para que las empresas sigan imponiendo sus proyectos. Lo disfrazan, claro. Dicen: no, ahora sí tomamos en cuenta lo que dicen los pueblos originarios. Hacemos consultas, pedimos sus opiniones”.

Pero, continúa, “es una maña, algo que usan para que los pueblos digan que sí. Dicen: los indígenas quieren más desarrollo, empleos, hospitales. No les explican que lo que están llevando a cabo es una destrucción del territorio: los árboles, las aguas”.

En su versión “si López Obrador siente que los pueblos deben seguir existiendo como son, que no siga destruyendo su territorio, imponiéndoles cosas que no quieren. Que nos deje vivir en paz, que respete lo que tenemos: nuestra tierra”.

Respecto al gobierno de López Obrador, plantea que “la gente lo votó porque confiaba en que las cosas cambiarían (…) Hay un descontento, un desencantamiento. No está cumpliendo lo prometido”.

Jorge Morla, que la entrevista, le pregunta de manera directa que le diría si tuviera delante al presidente y ella le responde: “Que deje de despojar a nuestros pueblos. Que ellos decidan qué es lo que quieren; ellos son los primeros que habitaron las tierras de México”.

Y también “le diría que las estructuras de poder de los gobiernos son ajenas a los pueblos, de los que sólo usan el folclore. Que no los tiene en cuenta a la hora de poner una mina, un gaseoducto, una hidroeléctrica, un Tren Maya. Le pediría que realmente les pregunte si quieren esas cosas o no”.

Afirma que del actual gobierno “tengo miedo que acabe con nuestras tierras, nuestros bosques. Que el gobierno ponga a sus fuerzas al servicio de las grandes empresas. Que quiten de en medio a quienes se opongan, como Samir”. (Samir Flores fue asesinado en febrero de 2019 por oponerse a la construcción de una hidroeléctrica proyecto del gobierno).

Por acciones como esa, sigue Marichuy, “a la gente le da miedo organizarse (…) En los informativos el gobierno solo saca lo bonito de los pueblos originarios: puro folclore. El hecho de que digamos que las cosas están mal, eso no gusta”.

Señala que “si uno se atemoriza ellos ganan. Y luchamos contra este sistema capitalista patriarcal que está acabando contra hombres y mujeres. Lo hacemos por nuestros hijos, sobrinos, por las niñas y los niños a los que vamos a dejar la tierra. Eso nos da fuerza. Al miedo es mejor mantenerlo a raya”.

Desde el inicio de la gestión del presidente López Obrador los pueblos originarios y sus principales organizaciones han sido críticos con su persona y con su gobierno. No se sienten representados por él y lo acusan de atentar contra los intereses y derechos de las comunidades indígenas con el pretexto de ayudarlas.

El presidente ha tratado de evadir y minimizar esta crítica que no cede, sino que crece y seguramente habrá de elevarse en la medida que avancen los proyectos estrella de este gobierno como el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya que evaden la consulta a los pueblos originarios como lo exige la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Twitter: @RubenAguilar 

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