¿Dónde están los ciudadanos?

Por Miguel González Compeán

 

La elección de las dos gobernaturas del día de ayer, me producen pensamientos diversos y muchas preguntas. La elección de Coahuila es un enigma menor. El estado camina económicamente, la seguridad ha mejorado, el PRI se ha mantenido cohesionado y actuante con la población del estado, el candidato era atractivo, con personalidad, discurso y proyecto. Los contrincantes eran malos. Ricardo Mejía Berdeja es conocido en el estado por su inconsistencia ideológica, pues ha recorrido todos los partidos desde el PRI hasta Morena. Cosa que en un estado del norte no se perdona fácilmente. Ha vivido poco en el estado y más bien desde muy joven se dedico ha hacer política desde la CDMX. Armando Guadiana, se le veía como un candidato folclórico y curioso. Tanto por el infatigable sombrero como por sus declaraciones y participaciones públicas. Sin duda Morena ha levantado toda clase de personajes chuscos o impresentables a lo largo y ancho del país. Y el candidato del verde era un desconocido tanto a nivel local, como federal. El resultado no podía haber sido otro.

La elección en el Estado de México se cuece aparte. Lo que primero asombra es la baja participación de la ciudadanía. Todavía no hay números definitivos, pero la participación apenas y roza el 50%. Menor a la participación de la elección intermedia de hace 2 años. En particular llama la atención la bajísima participación de los panistas que sin duda no se hicieron presentes en el corredor azul del poniente de la CDMDX y sus fronteras con el EDOMEX. En esos territorios era imposible que votaran por Delfina, pero parece obvio que Alejandra del Moral no encendió la voluntad del panismo con su proyecto, su talante o sus propuestas de campaña. Lo que es un hecho es que la ciudadanía del EDOMEX, no se sintió, en general, atraída por ninguno de los dos proyectos.

Una cuestión que me llama la atención son las mujeres. Explícitamente, la candidata del Moral, enfocó sus baterías al voto femenino y atraer al mayor número posible de mujeres a su causa, aparentemente no lo logró. El asombro, proviene de lo mal que la 4t ha tratado a las mujeres. Les quito guarderías, escuelas de tiempo completo para que pudieran trabajar, les quito tratamientos y medicinas, la tarjeta rosa, era un logro del PRI y aun con todo ello, sencillamente las mujeres no se sintieron particularmente atraídas por el proyecto de la candidata Alejandra del Moral.

Seguidamente, me cuesta mucho trabajo entender como en un clima en el que la corrupción es tema cotidiano y la 4t se vanagloria de estar contra ella, la ciudadanía sale a votar por una corrupta confesa. Fue castigada por el tribunal electoral por quitarle el 10% de su sueldo a los empleados de Texcoco cuando fue presidenta municipal, se saben los desvíos enormes en la SEP durante su gestión y hay dudas de su participación en el uso de recursos de infraestructura y contrataciones dentro de la secretaría de educación. Con todo eso a cuestas, a la ciudadanía el detalle de sus malas administraciones no le significaron una pérdida de votos significativa. Sencillamente incomprensible, si asumimos que el votante es un ser racional y medianamente informado, pero es posible que no.

En esto último radica mi asombro mayor. Delfina es, desde la perspectiva racional, impresentable como lo es el gobernador de Veracruz, por ejemplo. Torpes para hablar y articular una idea. Alfombras sin escrúpulos del presidente de la república, sin proyecto personal o político, que no sea su propio beneficio y abiertamente obsecuentes con el poder. Francamente no se entiende, salvo que la ciudadanía o por lo menos más del 50% de ella, se sienta identificada con un perfil como ese y al parecerse tanto, no se piense en otra cosa que votar por un igual, en vez de por una candidata inteligente, sonriente, racional, razonable, hasta guapa me atrevo a decir y valiente. Nada más, pero nada menos también.