Señor, ayúdame a salvar uno más. Homilía XXXII domingo ordinario

10 de noviembre, San León Magno

Te saludo con afecto y te deseo lo mejor para esta semana que inicia.

Voy a comenzar la propuesta de reflexión con un breve relato de la película “Hasta el último hombre”. Es una historia basada en hechos reales sobre un joven norteamericano que quiso estudiar medicina, pero no tuvo los recursos.  Ingreso como voluntario de guerra al ejército norteamericano y fue enviado a la batalla contra Okinawa. El soldado Desmond T Doss quedó como paramédico y era llamado el “cobarde” porque había decidido combatir sin armas y sin  matar a nadie. Al tocar retirada hay un retraso porque no llega el soldado Doss, quien se dedica a salvar a sus compañeros heridos, diciendo a Dios: “por favor, Señor, ayúdame a rescatar a un hombre más”. Siendo congruente con su fe logró salvar a 75 soldados heridos.

2 Macabeos 7, 1-2.9-14; Salmo 16; 2 Tesalonicenses 2, 16-17; 3,1-5 y Lucas 20, 27-38.

La lectura de los macabeos nos habla de la gran globalización cultural que hizo Alejandro Magno cuyo sueño era unificar a todos los pueblos en una “casa común”, pero a su muerte, su sucesor Antíoco IV Epífanes desde Antioquía impulsó el proceso de dominación significando dolorosos ajustes para los judíos. Se nos dio cuentas del ajusticiamiento de una familia integrada por la madre y sus siete hijos, cuyos breves discursos resaltan su fe en la resurrección y que Dios es el verdadero soberano. Esta lectura nos prepara para el mensaje del evangelio de hoy, pues conforme nos acercamos al final del año litúrgico se nos motiva a reflexionar sobre nuestra coherencia con la fe que profesamos.

La segunda lectura con la cual seguimos de manera semicontinua la segunda carta de San Pablo a los tesalonicenses, que es más breve e insiste en comportarse de manera congruente con la doctrina expuesta en su primera carta. Hoy cierra diciendo que el anticristo aparecerá para que la parusía se lleve a cabo. Para lo cual hemos de orar por todos y más por los evangelizadores.

El evangelio nos ofrece el caso hipotético que los saduceos presentan a Jesús como objeción a la resurrección de los muertos. Jesús asegura que las condiciones futuras serán como las de los ángeles y luego responde con las mismas escrituras: Dios es Dios de vivos no de muertos. La resurrección no cabe en los criterios de la ciencia pero es el motor de la ética cristiana, es Dios quien nos llama a vivir en libertad, en dignidad y en salida para buscar a los alejados y extraviados.

Finalmente, deseo concluir con un sencillo testimonio de vida digna y congruente. Hace algunos años el señor obispo me envió a un joven que deseaba estudiar medicina. Logró obtener una beca en una de las mejores universidades de nuestro país. Como no podía comprar todos los libros estudiaba con PDF’s. Así llegó el día de hacer su servicio social y por sus buenas calificaciones pudo elegir un hospital cerca de su familia. Su abuelo es quien más lo animaba, pero ya no lo vio culminar su profesión médica. El día de su graduación se sintió humillado por sus compañeros que él creía que eran sus amigos. Yo le he acompaño con mi apoyo espiritual y moral todos los días. Hoy me ha traído su título de médico cirujano, está aceptado para hacer su especialidad y es un ejemplo de esfuerzo, de congruencia de fe, de ética profesional  y un hombre que como el soldado Doss de la historia inicial dice a Dios: “Señor, ayúdame, por favor, a salvar a uno más….  Felicidades querido doctor Kevin Eduardo, Dios te conceda salvar uno, y otro y otro más…

Amén, amén, Santísima Trinidad.

*El Autor es Profesor en la Universidad Autónoma del Estado de México.

Estudió Sacerdote y Especialidad en Bioética en U.A.E.M.

Estudió en el Seminario Diocesano de Toluca.

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Facebook: Daniel Valdez García

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