El punto fino

Las grandes reformas que se han gestado en los últimos años en nuestro país han sido en muchas ocasiones los blasones que lucen como legados las administraciones y sus respectivos presidentes, una de las más sonadas ha sido la reforma al Sistema de Justicia Penal que se gesto en el sexenio de Felipe Calderón y que aún en estos días sigue en proceso de implementación.

Esta Reforma tocó partes torales de un Sistema que debía ponerse al día, el mexicano era un sistema caduco y anacrónico, y los ciudadanos padecían este atraso en la justicia, el encarcelamiento para poder investigar era una de las prácticas más comunes en ese deficiente sistema, y el ciudadano de a pie padecía abusos y arbitrariedades; es importante señalar que si bien se han dado avances, lejos está de lograrse la anhelada justicia que tanto se ha buscado por años.

Uno de los grandes aciertos de la Reforma al Sistema de Justicia Penal, fue el cambio de paradigma en cuanto a hacerlo garantista así como más expedito y tuvo en el principio de presunción de inocencia un argumento toral en el cual se centro gran parte de este cambio.

Y al hablar del principio presunción de inocencia nos referimos a la mayor protección que otorga un Estado a sus gobernados, es entender que la protección constitucional ampara la libertad y nos somete a un proceso justo e igualitario en caso de ser investigados, esto es lo que dice nuestra Constitución, sin embargo hemos visto como se litiga en los medios de comunicación y se nos venden juicios a modo sin prueba alguna pero con un sesgo que huele a oportunismo y a revancha, al asumir como culpable a algún personaje mientras a otros se les otorga un manto protector que tiene olor a impunidad y burla.

Sería deseable que una Fiscalía autónoma como la que en el papel tenemos, actuara justamente como eso, como un ente autónomo que no reciba línea de nadie, incluida la presidencial, porque gran parte de los cambios institucionales que se han logrado con la suma de muchas voluntades no pueden desdeñarse ni tampoco ponerse al servicio del escandalo y el escarnio público, parece que se aplica la máxima juarista de: A mis amigos justicia y gracia y a los enemigos justicia a secas, a la cual el actual régimen parece añadirle: A mis amigos, socios y recién purificados justicia, protección y gracia y a los enemigos justicia a secas con tufo a venganza.

Los grandes cambios a nuestra Carta Magna, han sido frutos de debates y amplios consensos, es tiempo de que se continúe edificando credibilidad y se destierre toda sombra de sospecha en cuanto al actuar de un Fiscal que constitucionalmente debe ser autónomo y sería deseable que esa autonomía no se vea manchada por filtraciones o consignas dictadas desde el Titular del Ejecutivo Federal quien en ocasiones ventila información que se encuentra sub iúdice y pone en aprietos al Fiscal de la Nación y a su investidura.

El Punto fino es: Resistirá el Ejecutivo Federal la tentación de filtrar información y litigar casos en sus cotidianas mañaneras o por fin respetará la autonomía de una fiscalía que no es de él, sino es todos los mexicanos y que ha costado consensos que van más allá de esta llamada transformación.

Un abrazo a la familia Miranda por la irreparable perdida de Don Luis un respetable hombre de leyes. 

José Alberto González Aguilar

@Tobetogonzalez 

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